Me gusta cuando me hablas.

Me gusta cuando me hablas
y me gustas cuando lo haces
porque parece que te interesas
por todo lo que vivo.

Me gusta que lo hagas
porque una pregunta basta
para sentirte cerca
y producir suspiros.

Me gusta que lo hagas
porque imagino que sonríes
y tus manos me tocan
y con el aire te acaricio.

Son caricias suaves como
un cómo estás o cómo te ha ido,
saber que tras mi respuesta
tú vas a seguir el hilo.

Me gusta cuando me hablas
primero, porque nunca lo haces.
Pero imagino que algún día querrás hacerlo
y espero... y te miro.

Me gusta cuando te mueves
y en el aire creas remolinos
porque aunque te sienta distante,
siento tus pasos y gestos,
tus pestañeos de brindis
y tu boca girando en el vinilo.

Me gusta saber que aunque te vayas,
estarás de vuelta para seguir hablando
conmigo.

Por eso me gusta cuando me hablas
porque pareces valiente
pero aún me gustas más
cuando tratas de hacerlo.

Sentir que aún no te tengo,
sentir que no te has ido.
Sentir que aunque no vuelvas,
no todo está perdido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.