Entradas

Mostrando entradas de julio, 2016

No tendremos nada más.

No sonrías así, por favor, no lo hagas. No sonrías así que me pierdo, al menos no cuando esté cerca porque después no sabré volver. He ido caminando hacia ti en línea recta, pero El Principito tenía razón, no he llegado muy lejos; lo más cerca a la barrera que separa nuestros cuerpos. No he encontrado el centro de tu corazón ni el pasillo de estrellas al que conducen tu ojos, ni siquiera esa pasarela de madera sacudida por las olas del mar que hay al finalizar tus brazos. Sí, en tus manos, que podrían haberme llevado a cualquier otra parte si hubieras decidido ser valiente, dejarte llevar por el pecho y hubieras salido a buscarme. Y eso que creí que en alguna ocasión serías capaz de correr detrás de mí y cogerme del brazo, de decirme "espera" o nombrarme a gritos para que me diese la vuelta. Y eso que también creí que no volvería a verte, y algunas veces algunas calles ayudaron, y nos llevaron a encontrarnos y a siempre querer verte más. Y aunque sé

Ayer te vi.

Ayer te vi; sabría reconocer tu silueta de espaldas, de perfil e incluso desde cualquier ángulo agudo, y sólo tú sabes revolucionarme el corazón. El aire me acaricia la cara mientras te recuerdo, cierro los ojos y siento la calma, y pienso que ojalá pudiese tener tu sencillez muy cerca para preguntarme cómo puedes estar tan ciego para no verte como eres, tal y como yo lo hago. Porque no son mis ojos, eres tú mismo. Y ayer pudiste haberme acariciado la cara, o no haberlo hecho, y preferiste mis piernas y eso es algo que no olvido. No comprendo qué sientes, qué quieres, qué esperas. No entiendo qué te apetece conmigo, sólo verme y abrazarme y sólo a veces cuando ocurre, o cada día y te aguantas las ganas y las silencias, las mismas que yo grito. No sé si quieres pasar tiempo conmigo, verme más de cerca y hablarme hasta en silencio, no sé si deseas seguir buscándome o nunca lo has pretendido y era el alcohol quien escribía. Cada vez que te veo sueño contigo, y s

Lleno de sueño(s).

Llegas cada día cansado, lleno de sueño, como si la vida agotase tus reservas y no dejara nada para mí. Pero entonces duermes, y sueñas, y te recuperas y te vuelves a llenar de luz. Lo supongo, porque de día nunca te he visto, y ya de noche deslumbras. Yo te prometo que si pudiera, te pondría las manos alrededor en forma de abrazo, para que nunca pudiese la oscuridad hacerte cosquillas. Y te imagino cansado y bostezando, pero lleno de sueños aún por cumplir, frotándote la barba en la que me acurrucaría, con las estrellas de la noche en tus ojos. Y tan sólo te deseo tumbado dejando que tus dedos se pierdan por mi pelo y descubran caminos, mientras esté yo acariciándote la piel. Que me peines con ternura, nos respiremos de cerca tanto que podamos ser capaces de compartir el mismo oxígeno, y abrazarnos en un lugar minúsculo pero nuestro, porque tú lo llenas todo con tan sólo sonreír. Tan sólo quiero verte dormido y lleno de sueño(s), y que quieras cumplirlos jun

No puedo dormir.

No puedo dormir y eres el motivo, como siempre me pasa; porque no me pasa nada contigo. Tiemblo por los nervios de la última vez que nos vimos y me arde el pecho aquí mismo, ¿acaso te ocurre lo mismo? Te has frotado contra mi cuerpo en forma de abrazo como si fuese cerilla hasta acabar de prenderme, provocando en mí un gran incendio. Yo, que tan sólo quería bajar unas escaleras interminables acariciando tu espalda y besando tus brazos. Me digo que el amor es necesario, lo siento aquí en el pecho que me enciendes y arde como un condenado. Me digo que todo necesita de él para sentirse vivo, y pienso que ni la vida pestañea cuando pasas por delante por si se lo pierde y no vuelve a vivirlo. Porque la paz que tan sólo encontraba en el mar también la encuentro contigo, y nadie nunca antes había sido capaz de provocarme decirlo. Porque paz es mirarte las pupilas y en ellas encontrarme y no saber de suspiros. Y me alegra, te juro que me alegra, saber que estás

¿Sabía él que deseaba ser su mujer dragón?

¿Sabía él que deseaba ser su mujer dragón? ¿Y que me moría por abrazarle por la espalda aun siendo completos desconocidos? ¿Sabía él que estaba tratando de acariciarle la espalda, que nos bailábamos siguiendo el mismo ritmo, que levantábamos los brazos a la vez y cantábamos lo mismo sin saberlo? ¿Sabía él que me moría de ganas de llenarle el cuello de besos y el cuerpo de abrazos? ¿Sabía que quería esconder mis dedos en su barba? ¿Y que deseaba mirarle fijamente las pupilas hasta que se me pulverizasen los ojos? Creo que nunca llegó a saberlo, pero también deseaba pegar mi nariz a su piel para llenar con su colonia mis adentros.

La otra noche.

Te recuerdo tal y como eras la otra noche, estabas dándole la última calada al cigarro vestido de azul. Con esas manos, esos brazos, esos ojos y esa voz que tanto me conmueven. Pensaba sorprenderte y para mi sorpresa lo hiciste tú, que me cogiste por banda, y me cambiaste los esquemas y no pude ni moverme. Me tendiste la mano y la mía fue a la tuya como si hubiesen mantenido en secreto un plan de fuga y el mundo se nos escapase de las manos dejando paso a otro mejor. No veía a tus amigos, los míos se alejaban y en ese mismo instante sólo estábamos nosotros o no sé si alguien más. Me recuerdo entre tus brazos, y me sobran las palabras por cómo me temblaba el corazón. Y recuerdo a nuestras bocas susurrándose al oído, y lo impacientes que estaban nuestros ojos por mirarse una vez más. No conseguí dormir por culpa de los capullos de los gusanos de seda de mi estómago que muy pronto de madrugada comenzaron a revolotear convertidos en mariposas, que jugaban recién

Quiero todo de ti.

Quiero hacerte reír hasta que la vida escuche tu risa de fondo, porque igual que Luis Alberto habla de tu risa, tu sonrisa también es una ducha en el infierno. Quiero hacerte reír hasta que se te formen dos hoyuelos, uno en cada mejilla, y sirvan como charcos de agua para que puedan beber los pájaros. Quiero verte hasta que Neruda sólo me hable de ti al oído y que me abraces tan fuerte que me vuelva adicta a tu piel. A tu cuerpo, a tu olor. Quiero mantenerme dentro de ti como si fueras nido y yo un pájaro recién nacido que necesita calor. Quiero todo de ti, porque si me alejo me voy envenenando más a cada paso que doy. Tú tienes la cura, amor; la medicina es tu risa, tus ojos, sentirme dentro. La medicina son tus besos y empieza por tus labios.

Cuando estoy contigo el tiempo corre.

Cuando estoy contigo el tiempo corre en dirección contraria a nosotros, y yo siento que entre nosotros está todo quieto y alrededor todo se desenfoca. Cuando estoy contigo el tiempo avanza tan veloz que cuando te miro de frente no te miro, no tanto como me gustaría para poder pedir la nacionalidad de tu ojos. Avanza el tiempo tan deprisa que cuando te hablo al oído te cuesta escucharme y nos hablamos entre susurros como si el mundo estuviese sufriendo un ultimátum. Y aunque el mundo fuese a acabarse, como golpe de suerte tu voz me desviste los oídos y tus besos me encienden las mejillas y viajo a un limbo en el que pierdo la consciencia del tiempo, el espacio y nuestra lejanía. Y no recuerdo tus manos, ni su forma ni tamaño. Ni su tacto ni si encajan con las mías. Y no recuerdo tus ojos ni si reímos a quemarropa porque el tiempo corre mientras bailan las agujas por la pista. E intento estudiar cada centímetro de ti, desde los rascacielos de tus pestañas a la

Sé mi casa.

Sé mi hogar, mi guarida, mi refugio. Sé mi casa. Que los ladrillos sean tus brazos y me cobijen del frío y me acaricien de madrugada. Que los pilares sean tus besos y mantengan firmes las esquinas de mi alma. Que las ventanas sean tus ojos y tu boca la puerta para recibirme siempre que esté buscando las llaves; siempre que llegue cansada del mundo para hacer de éste un lugar habitable.