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Mostrando entradas de octubre, 2014

La chica de ayer.

"A veces, por mucho que haya salido el sol afuera, tú te sientes  gris,   con las nubes  por dentro..." La chica de ayer es la chica que baila descalza sobre la cornisa, tarareando su canción favorita con cierto acento francés. Es la persona con la que te cruzas al girar una esquina y te hace pegar un brinco del susto y después sonreír. Es aquella desconocida con la que chocas en la misma dirección dos o tres veces, y a la cuarta le dejas elegir. Es la casualidad que esperas encontrarte cuando no esperas encontrar nada. Es la sonrisa mientras lloras y la lágrima mientras ríes hasta sentir dolor. Es la chica que niega que le atraviesan los cuchillos y después se cura las heridas sola. Se ríe de las películas de terror y vomita sobre las de amor, aunque siempre con una cierta nostalgia en sus ojos. No lleva reloj porque le gusta vivir cada segundo y no permite que el giro de unas agujas controle su mundo. Fuma siempre en el ba

Octubre.

"No te echaré de menos ni te recordaré  cuando el frío cese. No dejaré que me mates ni  te traeré de vuelta.   No puedes colarte y anclarte.  No puedes herirme ni quiero que lo  intentes. Ahora ya no es tu mente." La llaman Octubre, porque el otoño no llega hasta que ella no aparece. Porque cada vez que pasa por debajo de los árboles, éstos tiemblan y hacen caer sus hojas para poder tocar su piel. El otoño sólo viene cuando ella está presente, y sueña con hacer con ella lo que la primavera de Neruda hace con sus cerezos. Florecer. La llaman Octubre porque es el último beso, el último amor y el último suspiro de septiembre. El último baño en el mar, el último polvo entre arena y sal y el último trago de cerveza sin penas ni preocupaciones. La llaman Octubre porque da pánico verla caminar sobre el calendario, llevándose los dedos a la boca con descaro y riéndose de que no la vas a poder olvidar. La llaman Octubre porque sus ra

Tóxica. (Cuento breve delirista)

"Aún sigo buscando mi lugar en el mundo,  tratando de encajar, pero no lo encuentro.  Será que tú no estás.  Me siento una pieza impar,  suelta de un rompecabezas  con el que ya no encajo.  Un defecto de fábrica que pulula  por  la sociedad." Tenía una toxina en los labios que enamoraba con locura a todos los hombres que los rozaban con los suyos y morían literalmente de amor. Por eso las autoridades avisaron que había que besarla con mascarilla para no contagiarse. Me atreví a ser valiente y a besarla sin mascarilla. A ella pareció no importarle. Prefería morir después de haber sentido sus labios con los míos a vivir una vida sin haberlos sentido nunca. Y nos besamos durante no sé cuánto tiempo, perdí el sentido del mundo. Giraba en torno a ella. Ahora ese era mi rumbo. Pasaron los días y no me moría, me quedé a su lado por si lo hacía. Me cogía a sus piernas infinitas, las besaba y ¡cuántos besos cabían en ellas! ¡Cuánto amor yo le daba! Siguieron pasa

Inalcanzable.

"Echarnos de más para olvidarnos,  o  al menos intentarlo...  siempre se te dio mejor a ti." Desde aquí, puedo contar las veces que coges aire y lo sueltas invadiendo la habitación de ti. Tu olor, tu dióxido de carbono y el agua que habita dentro de tu ser. Desde aquí, puedo contar las veces que pestañeas y las cicatrices que un día te hiciste sin darte o dándote cuenta. Puedo contar los lunares que llevas al descubierto como si fueran planetas a años luz que giran alrededor de tu piel en órbitas muy lejanas pero concéntricas. Desde aquí, puedo observar cada mínimo detalle de ti porque estoy tan, tan cerca de ti, que casi con un suspiro te puedo tocar. Tan, tan cerca de ti que puedo hacerte volar con sólo el aire que levantan mis pestañas. En cambio tú, no me verías ni de lejos. Porque para eso, tendrías que querer verme. Poner tus ojos en mí. Y para eso, estás demasiado lejos... Inalcanzable, para mí.

Prohibido leer sin ritmo.

"Donde estarás esta noche... Dónde estaremos los dos... Dónde estarán tus poderes... Dónde estarán, corazón. Dónde estarás sollozando mientras te canto y te bailo... Donde estarás esta noche mientras te digo  Adiós." Mírate, ya lo haces tan bien como siempre. Mira bien... Ya no quieras que te encuentre. Quiero que... Que te marches y nunca regreses. Mírame... He aprendido a gritarlo muy fuerte. Borra bien las huellas que me llevan a verte. Bórralas, no quiero recordarte. Vete ya, que empiezo a recordar. Me empiezas a doler. No quiero verte más... Ya no. Mírame, estoy gritando que te alejes. Se han invertido los papeles. Te has convertido en cobarde y yo... Yo ahora soy valiente.

Pirata de ciudad.

"Dónde está la música cuando me falta, dónde está si me la olvido. Dónde está mi vida si te marchas, dónde estás si no es conmigo." Cambió el mar por el asfalto, hundió su propio barco y naufragó. Sobrevivió al naufragio, sobrevivió al dolor. Deambuló por la ciudad desconocida, lejos de las tormentas de ultramar, sin dinero ni ron ni una brújula que le indicase un lugar. No estaba lejos de su hogar, pues llevaba el mar en los ojos y su brújula marcando el norte en el corazón. Perdió una pierna en una tormenta frente a espadachines borrachos que nunca habían visto en sus sueños a un pirata tan humilde. En la memoria lleva su bandera negra con su fiel calavera de la que presume cuando cierra el puño y sube la marea. Surca mares en sueños, habla con las sirenas. Baila en islas desiertas hasta caer desplomado en la arena, mientras gasta bebiendo en el bar lo que cada día gana mendigando el pobre pirata de

Un sueño.

"Y cada vez más solos...  Más vacíos... Más rotos. Cada vez más solos  tú y yo." Abro los ojos... Oscuridad. Muevo la mano por la cama, le toco la piel. Me pego a él y deslizando suavemente mis dedos por su cara, le localizo los labios. Aún reina la oscuridad en nuestra cama. En nuestro cuarto. Se despierta de su sueño. Se escucha su sonrisa, cómo se ensancha de un lado al otro. ¿Qué haces?, susurra. Te quiero, pronuncio. Vuelve a escucharse su sonrisa y a modo casi inaudible su risa de niño pequeño. Me entran ganas de comérmelo a besos. Me muerdo el labio, aguanto, suspiro. Se queda dormido y pronuncia algo en sueños... Te quiero, te quiero, te quiero. Me acerco a su pecho y escucho el sonido que produce su corazón cuando está tranquilo. El cierre de sus válvulas acorde al mío. Inspiro y espiro. Me duermo... Aún reina la paz, la oscuridad y hace un poco de frío. Abro los ojos. Luz. El invierno se ha ido. Mi piel de cobre ar

Huir hacia quién.

"Ojalá vengas a verme y yo ya no te reconozca. Ojalá el aire te exhale y te expulse como  mis  pulmones cada vez que te acercas. Ojalá no me dejes bañarme  en el mar de tus ojos,  mi corazón te  olvide  y  no se  arrepienta . " Huir hacia otra parte era lo único que parecía estar dentro de sus planes. Evaporarse como el agua y viajar con el aire. Con el paso de los años, las grietas aumentan de tamaño y si no se curan, pueden llegar a verse a simple vista en carne viva. A ella se le notaban en la mirada las grietas. Miraba hacia otro lado para que nadie las descubriese, pero de las grietas nadie se escapa. Nadie, ni aunque lo intente. Su manera de inspirar hasta llenar sus pulmones quedándose sin respiración y su forma de espirar soltándolo todo de golpe como si el exterior le pesase indicaban que, como si al soltarlo fuerte, ella misma pudiese escaparse con el aire y dejar su cuerpo atrás. Espiraba como si estuviera cansada de estar tanto tiempo resistiend

El amor no es para mí.

"Y tú... ¿brillas o te dejas iluminar? Algunas estrellas sólo se fijan en otras  que brillan poco porque no se fijan en su brillo,  sino en su forma. Igual que las personas . Y de esta forma. nunca podrán vivir la sensación de  ver  a la estrella parpadear de emoción  o brillar con toda su intensidad. Nunca podrán entender cómo la tristeza la apaga o  cómo la felicidad hace que brille hasta  cegar  por completo." « El amor no es para mí »  me repito constantemente después de levantarme del golpe contra el suelo. El amor no es para mí y nadie vendrá a salvarme de ésta. Nadie intentará salvarme. Nadie malgastará su tiempo en mí. Aún no termino de aceptar que sólo saldré de esta si me doy a mí misma la mano. Debo dejar de esperar porque esperar no es para mí. Mi estación está cerrada por derribo, abandono y soledad. Siempre lo ha estado y siempre lo estará.  Los trenes no encuentran mis vías y si las encuentran, las tapan para no verlas y así no cru

Sobre salvar y ser salvado.

"Si me abriesen el corazón,  encontrarían el túnel que utilizan  todas mis palabras  para salir  y ver la luz." A lo largo de nuestra vida hay distintos tipos de precipicios. Uno de los más importantes es el Amor. Y aunque se trate de un precipicio desconocido para mí, lo observo desde la lejanía. Imagino que cuando estás enamorado, bailas alrededor del precipicio... Fuera de él. Bailas sobre la luz. La vida. Pero llega un momento en el que la otra persona, que tiene tu mano cogida, puede empujarte. Y mientras caes al vacío pidiendo auxilio, puede pararse a observarte. Mientras tu voz suena cada vez más silenciosa, como un eco inaudible. Y entonces, la persona que te ha empujado, te abandona en la oscuridad. La manera de salir del precipicio, de momento, sólo la imagino si alguien ha escuchado tus gritos, se acerca y extiende su mano para sacarte de allí y de esa forma salvarte. Pero cuando alguien extiende su brazo hacia el precipicio, tiene dos opciones. La

El olvido es necesario, valiente.

"Lo importante es estar bien por dentro  porque las cosas se pierden, se rompen, se tiran.  Y las personas desaparecen, se van.  Pero siempre vas a estar tú mismo.  Y si tú no estás bien por dentro...  Por mucho que finjas.., El exterior no te salva." Recuerdo cuando me sacaste a bailar aún sin conocerme. Me acercaste la mano, me miraste y el encuentro de mi mano con la tuya surgió solo. Nuestros cuerpos se aproximaron tanto que podrían haberse fundido y fusionado en cualquier instante al mismo compás. Nos queríamos como nunca antes se habían querido dos extraños. A partir de aquella noche, los días a tu lado se volvieron azules y si había días grises, me dejabas estar triste. Pero en cuanto salía el sol, me llenabas de cosquillas el corazón hasta hacerme reír y ponías una estrella en mi mejilla para que estuviera más guapa. Yo acabé poniéndole a tu corazón una constelación a su nombre. Encontré partes minúsculas secretas en tu cuerpo que nadie había descub

Relato de un baile al que tampoco apareciste tú.

"Nos vamos porque nadie nos dice:  "por favor, quédate un poco más"  y no porque de verdad queramos irnos.  Vayámonos porque realmente  queramos   irnos.  Y digámonos: Adiós." Hace unos días una casa tapiada me partió el corazón. Todos sus agujeros hasta el de la puerta estaban tapados, pero por dentro la casa estaba completamente vacía. Me recordó a aquellos días en los que uno se encuentra tan vacío que por mucho que alguien le abrace, hay vacíos internos que son imposibles de llenar. Y esos vacíos, arden al respirar. Creo que las casas deberían empezarse a cubrir por dentro, como las personas. Curar cada grieta interna y más tarde, las externas; pues las internas son las más dolorosas. Verme reflejada en aquella casa al borde del derribo me rompió el corazón. Recogí los pedazos rotos, los guardé en el bolsillo derecho de mi chaqueta y seguí caminando por el callejón que lleva a la catedral en la más absoluta soledad y oscuridad. Estoy acostumb