El olvido es necesario, valiente.

"Lo importante es estar bien por dentro
 porque las cosas se pierden, se rompen, se tiran. 
Y las personas desaparecen, se van.
 Pero siempre vas a estar tú mismo.
 Y si tú no estás bien por dentro... 
Por mucho que finjas..,
El exterior no te salva."

Recuerdo cuando me sacaste a bailar aún sin conocerme. Me acercaste la mano, me miraste y el encuentro de mi mano con la tuya surgió solo. Nuestros cuerpos se aproximaron tanto que podrían haberse fundido y fusionado en cualquier instante al mismo compás. Nos queríamos como nunca antes se habían querido dos extraños.
A partir de aquella noche, los días a tu lado se volvieron azules y si había días grises, me dejabas estar triste. Pero en cuanto salía el sol, me llenabas de cosquillas el corazón hasta hacerme reír y ponías una estrella en mi mejilla para que estuviera más guapa. Yo acabé poniéndole a tu corazón una constelación a su nombre.
Encontré partes minúsculas secretas en tu cuerpo que nadie había descubierto hasta yo, como pecas detrás de las orejas o lunares con formas extrañas en rincones a los que nadie había accedido antes. Tal vez nadie antes había querido llegar tan lejos.

Acabó doliendo el tiempo que pasé agarrada a tu mano. La eternidad a tu lado resultó imposible.
Y es que si tenías quinientos millones de estrellas donde elegir y yo era la que menos brillaba de todas... No sé cómo pudiste verme.
Nuestra manera de vernos reflejados en los pedazos de nuestras almas era tan íntima como exquisita... Te confesaré un secreto... A veces te echo tanto de menos como estrellas hay en el Universo.

«El olvido es necesario» me digo a mí misma cada vez que llevo un par de días sin verte. 
Sé que olvidarte me curará las heridas internas, pero me habría gustado que fueras tú quien me las curase por dentro.
El olvido es necesario pero nunca suficiente. Cada vez que consigo apartarte de mi cabeza, apareces entre la gente tan guapo como siempre con tu sonrisa de lado a lado buscándola a ella. Y al pasar por mi lado, se queda en el aire tu olor y conviertes el aire en algo tuyo perforándome los pulmones en cada inspiración.

Todo esfuerzo por recuperarte será en vano porque tengo la teoría de que hay personas que no vuelven.Y por eso sé que tú no volverás como volvían las golondrinas de Bécquer.
Habría dado muchas cosas, más de las que te imaginarías, por haber podido verte donde siempre nada más llegar buscándome con tus ojos verdes.

Hay personas que están destinadas a no volver. A marcharse y ser olvidadas para siempre. ¿Pero por qué el olvido es tan difícil y curarse cuesta tanto?
Yo creo que porque los recuerdos se cosen al alma y olvidar es herirse. Dejar heridas en carne viva en el alma... Arrancarse los recuerdos de cuajo y sangrar.

El olvido es necesario pero el dolor del olvido es insufrible. Y recurrimos al alcohol, a las tiritas, al betadine. A curar las heridas producidas, a limpiar la sangre derramada.
El olvido es necesario pero también es imposible para aquellos que preferimos recordar aunque duela como cien rayos partiéndonos la columna vertebral.

Sólo los valientes son capaces de arrancarse los recuerdos del alma de cuajo con las manos y resistir al dolor.
¿Tú eres valiente? Yo no.
Los valientes son aquellos que resisten al notar el flujo de sangre recorriendo su cuerpo, descendiendo por éste por la acción de la gravedad mientras en su cabeza ven desvaneciéndose los recuerdos a toda velocidad.

Ojalá no te hubieras marchado del todo o te hubieras quedado para siempre.
Porque no hay manera, ni forma, ni locura transitoria con la que consiga sacarte de mi memoria. Pero conseguiré olvidarte y dejaré de ser cobarde. Porque
el olvido es necesario,
valiente. 

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