Primera luna llena.
Yo podría aceptar que ayer estuvieras con ella, que pasaras la noche a su lado. Que la miraras y no pudieras dejar de sonreír, con esa sonrisa tan tuya que eriza la piel, que enloquece la bomba que reina en mi pecho. Que deseases que la noche durase horas o días enteros. Que sintieras la miel en los labios cada vez que hablase o le dieses un beso, y que tus manos la acariciasen como si fuese de cera y quisieras hacerte quemaduras de tercer grado. Yo podría aceptarlo porque deseo que recibas amor, todo el que yo no puedo darte, y que te llenen la cara de besos hasta que esté a punto de reventar tu sonrisa. Lo podría aceptar aunque mentiría si dijese que no desearía ser yo la que te hiciese todo eso y la que estuviese a tu lado. Podría aceptarlo, pero sin embargo, no podría que anoche estuvieses solo mirando la primera luna llena del verano. Que te faltase alguien de copiloto, que nadie se agarrase fuerte en tu cintura, que no vieses el reflejo d