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Mostrando entradas de julio, 2014

Cause you're my mountain... and you're my sea.

"Siempre alrededor de ti sin que tú lo sepas. Siempre así, alrededor y en silencio, sin que tú te des cuenta." Al final acabaste convirtiéndote en mi montaña... inalcanzable. Tenías unos ojos azules preciosos que me invitaban a tirarme de cabeza y ahogarme para estar dentro de ti. De alguna manera te convertiste en mi mar, sin avisar... No sé cómo pudiste ser capaz... No lo pude prevenir... De alguna manera te habías convertido en mi océano. Y yo ya no quería bañarme en ningún otro lugar si no era contigo... en ti. Pisé tu ciudad, deambulé durante horas buscándote con la mirada y tapándome los labios por no poderte besar. Te estuve buscando hasta que perdí el norte y no había sur al que ir para poderme encontrar. Vi a mucha gente pero nadie eras tú. Y eso me dolió como mil agujas clavadas en el corazón. Estuve dando vueltas a contracorriente y me encontré entre un mar de gente en el que no me quería bañar... Si yo sólo quería bañarme en tus ojos... Encontrarlo

Salvamento marino.

"-Y recuerda que tú eres el salvavidas, y no puedes hundirte. -Sólo para ser tu salvavidas saldré a la superficie." A veces Marina tiene que recordarme quién salva a quién porque ella siempre me llena. Me pregunta "¿puedo llenarte un poco?" y no se da cuenta de que ya lo está haciendo con esa pregunta... Marina siempre llena. Con ella, un vaso nunca se derramaría porque se haría cada vez más y más grande para que ella siempre lo llenase. Ella no crea vías de escape. Crea válvulas, como las de los corazones. De tanto crear válvulas me ha hecho el corazón más grande. Es como darle de comer a un pájaro y que este se haga tan grande hasta no caber en la jaula. A mí corazón le ocurre lo mismo. Marina me ha hecho el corazón más grande y ya no cabe en mi caja torácica pero sobrevivo. Sobrevivo porque me he hecho más grande... por dentro. A veces le da por pensar que el sol no va a volver salir. ¿Pero cómo no va a volver a salir? El sol siempre va a tenerle envi

Una guitarra llena de diamantes y una sonrisa llena de recuerdos.

Un día me encontré una guitarra llena de diamantes en el escaparate de una tienda de música y me recordó a ti, cuando querías comprarme todos los diamantes del mundo y yo te decía que mi mejor diamante eras tú. No te lo creías, pero con un diamante de verdad no te puedes perder porque siempre estarás pendiente de si se pierde él más que tú. Y si ocurre eso, entonces sí que estás verdaderamente perdido. Y solo. Pero contigo me habría perdido por todos los lugares del mundo y sólo tendría que estar pendiente de la fuerza con la que me estarías cogiendo la mano. Y recordé entonces tu sonrisa. Esa que me enseñabas siempre cada vez que sacabas tu guitarra y me mostrabas lo que acababas de componer. Era preciosa. Era una sonrisa desnuda, pues lo habías vuelto a hacer...Te habías vuelto a desnudar una vez más, y no hablo de haberte quitado la ropa. Estabas vestido y a la vez desnudo ante mí. Siempre como la primera vez. Te daba miedo mostrarme una canción que no me gustase. No sé por qué, t

El mar.

Ella siempre decía que el mar había que mirarlo siempre como si fuera la primera vez. Con la intensidad en los ojos. Y a veces cuando miraba a sus ojos mientras contemplaba el mar, podía ver cómo algunas lágrimas querían escapar de sus ojos para encontrarse con él. Quizá sus lágrimas saladas querían regresar al lugar de donde surgieron. A su hogar. Creo que todos llevamos un trozo de mar dentro de nosotros. A ella le gustaba ir a ver el mar. Le gustaba mucho. Pero prefería ir sola porque eso le hacía nadar en sus propios pensamientos. Y le gustaba sumergirse en ellos, nadar hacia la boya y volver... A veces también le gustaba naufragar cuando quería salirse de sus propios pensamientos marinos y dejar de pensar. Decía que cuando miraba a las olas alejarse, adentrándose hacia mar adentro, ella se iba con ellas y se perdía. Aunque no estaba perdida del todo porque estaba arropada por las olas, y se sentía como en casa. Abrazada por las olas y más tarde por el mar en calma, aquel que ha