Que yo te quiera y me quieras tú. (Eres)
Eres la taquicardia que siempre aparece cuando miro hacia otro lado fingiendo que no siento nada sintiendo todo a la vez. La voz que calla al silencio y les encuentra asiento a los que están incómodos. Los ojos que lo observan todo cuando uno empieza a enamorarse de la vida y de la persona que tiene delante, aunque sólo vea su espalda, su cuello y su piel. Delicada y suave como la seda. He corrido por los bosques de cipreses y eucaliptos que nacen cuando se te eriza el vello al sentir escalofríos. He encontrado sonrisas entre los escombros de tu cuerpo y una puerta hacia otro mundo en el remolino de tu pelo. He encontrado en tus brazos dos embarcaciones que conducen a tu puerto y en tus lunares las estrellas retratadas por Van Gogh. Te he querido y te he odiado, pero siempre eres tú. Eres la excepción que confirma todas las reglas, las normas incumplidas y las calles sin salida a las que se les ha invertido la dirección, transformando a la locura en una cuerda qu