Nunca más.
Hoy es la última vez, me niego a continuar. Hoy es la última vez que te escribo, y ojalá fuese así pero sé que no. Porque si te veo la cara, se me parte la vida. Y no hablo de tu boca, sólo de tus ojos. Si te veo la boca se me escapan los latidos en forma de suspiros y el corazón se me sale de las órbitas. Porque sé que si te veo te voy a seguir escribiendo, porque no sé no hacerlo, ni no sé intentarlo. Porque sé que si te veo voy a volver a caer en las redes que nunca me lanzaste, y por eso no quiero verte, y por eso sí quiero hacerlo. Porque deberíais habernos visto, cómo yo le miraba desde la lejanía; porque no me perdía de él ni siquiera un pestañeo. Miraba serio al infinito, iluminado por los focos, creyendo yo que toda esa luz venía de él y no de ningún alumbrado. Deberíais habernos visto, que mientras yo le miraba y no perdía de vista ni siquiera el blanco de sus ojos, él durante un segundo buscó entre todos mis ojos camuflados -y si no fue así