Que me quitaras todo lo de esta vida con los dientes.

Te he dejado velas entre las costillas,
si acaso es que oscureces y tú encallado
un barco en mi cintura con un pulpo que se enreda
como una serpiente.

Me habría gustado alargar más la noche,
hasta convertirla en días o en meses.
Que bailáramos un tango entre las sábanas
y me quitaras todo lo de esta vida
con los dientes.

Me habría gustado que tus colmillos
se marcasen en tus puños de tanto morderte
por no poder morderme,
que me recorrieras a besos las piernas
desde la punta de los pies y acabaras
durmiendo en mi vientre.

Así que te he dejado flechas
que conducen de tu puerta hasta mi ombligo,
para que sepas que el amor
me lo he dejado en tus mordiscos
y que aprenderte de memoria
al mirarte sin morirme,
me basta simplemente para hacer de esta vida
un libro.






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