Nunca más.

Hoy es la última vez,
me niego a continuar.

Hoy es la última vez que te escribo,
y ojalá fuese así pero sé que no.

Porque si te veo la cara,
se me parte la vida. Y no hablo de tu boca,
sólo de tus ojos.

Si te veo la boca se me escapan los latidos
en forma de suspiros y el corazón
se me sale de las órbitas.

Porque sé que si te veo
te voy a seguir escribiendo,
porque no sé no hacerlo, ni no sé intentarlo.

Porque sé que si te veo
voy a volver a caer en las redes que nunca me lanzaste,
y por eso no quiero verte,
y por eso sí quiero hacerlo.

Porque deberíais habernos visto,
cómo yo le miraba desde la lejanía;
porque no me perdía de él ni siquiera un pestañeo.

Miraba serio al infinito, iluminado por los focos,
creyendo yo que toda esa luz venía de él
y no de ningún alumbrado.

Deberíais habernos visto,
que mientras yo le miraba y no perdía de vista
ni siquiera el blanco de sus ojos,
él durante un segundo buscó entre todos
mis ojos camuflados -y si no fue así, al menos lo pareció-
y durante un segundo nos miramos entre toda la distancia/mar
que había entre los dos y
durante un segundo creí que tal vez.

Creí que tal vez pero sé que no.
Pero debería haberme visto cómo yo le miraba a él,
cómo intentaba colarme en su mente diciéndole que me mirase.
Y qué ridículo parecía que no pudiera escucharme,
y él qué natural sonreía a todos, inconsciente de que con cada sonrisa
provoca un terremoto en el suelo que pisan mis pies.

Siempre en mi suelo, nunca en otro.
Porque debería haberme visto,
y a la tercera me vio y me lanzó una sonrisa
que me hizo sacar al instante las manos para no dejar que se perdiese
por ser el suelo al ser efímera.
Y después de esa sonrisa, cómo no, he vuelto a romper el "nunca más",
y lo he vuelto a convertir en "otra vez".

Qué ridículo es pensar que ni él mismo conozca
su propio magnetismo. Lo que provoca cuando se mueve, respira y vive.
Porque él no lo sabe pero cuánto sabría si supiera.
Cuánto sabría...

Porque es verle la cara y se me alegra la vida,
y es fijarme en el segundo en el que pestañea e imaginarle dormido.

Porque todo lo que dice me emociona, aunque lo diga como si fuese
lo más normal del mundo. Pero es que nada es lo más normal del mundo
si sale de su boca.

Porque si supiera que le he buscado entre todas las personas de un público...
Y que en el público habría más de mil personas...
Porque ojalá me buscara entre todos como lo hago yo,
pero supongo que no tiene los pulmones tan grandes como para que yo quepa.

Y por eso hoy tiene que ser la última vez que le escriba,
porque soy ridícula al hablarle,
al verle me deslumbra,
y porque no tiene ningún sentido continuar.
Y por eso me niego y me repito constantemente...

Nunca más... Nunca más...

Sabiendo que sólo un cuervo lo dijo una vez
de verdad.

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