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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Todos hemos estado rotos alguna vez.

"Finjo que estoy bien, que estoy entera,  pero en la soledad estoy rota en mil  pedazos." Siempre suena la misma historia hecha  canción en la radio.  La misma que dice que no vas a venir, mientras yo te sigo  aquí esperando. Espero alrededor de la hoguera de puntillas,  tiritando, dejando que me envuelva el olor a  humedad. Hay tormenta en mi interior, primero hay luz, luego suenan los relámpagos. Se escuchan risas en mi habitación, son los recuerdos enturbiándome  la vista, obligándome a llorar. Es el pasado haciéndome trizas el corazón, mientras la tristeza se ríe y baila un tango con la soledad. Todos hemos estados rotos alguna vez, digo mientras le doy un trago al coñac. Lo que no sabía es que tú podías romperme con tanta facilidad y yo creerme incapaz de volver a construirme con otras manos. El día menos pensado vomito polillas y lloro para limpiarme todo lo que me hace estar podrida. Todos h

Nadie nunca más.

"Dicen que una risa nunca se convertirá en un fósil.  ¿Pero te imaginas? ¡Fósiles de risas! Si me encontrase el fósil de una risa, al menos sabría que  en ese lugar alguien se habría reído  hasta la  eternidad de la vida." Quiero no estar triste nunca más, o estarlo y llevar el peso a medias, que no sólo lo cargue yo. Que la tristeza nunca más tenga sabor amargo. Que sepa dulce, como sus labios. Que si me rompo, me cosa. O me descosa cuando quiera; o sin querer, cosiéndome después con cuidado. Que si me inspira, me retenga en sus pulmones como si me estuviera abrazando. Que comparta cielo y viento conmigo, y también alguna que otra tempestad. Tierra, suspiros y felicidad. Que cubra de terciopelo rojo mi corazón y lo toque como si fuera de cristal. Que sea alguien y no sea nadie nunca más.

El joven.

"Cantar canciones de siempre, bailar un rock and roll,  reír, ...  Cuando vives, vives. Y cuando dejas de vivir, recuerdas y  escribes." Le encontré al fondo del bar, donde las almas en pena buscan corazones rotos de los que aprovecharse y hacer un par de rotos más. Tenía la mirada triste y sus ojeras eran dos piscinas sin color, como si fuera un día gris y como si ese gris, tras varios intentos, fuera ya el final. Miraba hacia el fondo de la botella de cerveza, tal vez intentando hallar en su interior una respuesta. Pestañeaba al ralentí y susurraba continuamente algo en tono bajo hacia sí. La camarera no le quitaba los ojos de encima como si fuera el postre más delicioso de toda la pastelería. Seguramente estaría soñando despierta, a la par que servía a los clientes, con pasarle la lengua por los labios y morderle la oreja. Tenía la piel de huracán y labios de tormenta que despeinaba a toda mujer que se le quedaba mirando.

Entre tú y yo.

"Cuando una mujer abraza a un hombre, sólo el tonto mira al cielo pudiendo mirar en su interior." Entre tú y yo hay cinco pasos de puntillas, tres besos en silencio de labios agrietados y un remolino guiado por mis dedos en tu pelo. Hay un suspiro al verte en mis ojos, un baile de agujas danzando sobre el reloj y un pasillo de bailes raros que conducen a tu habitación. Hay siete kilómetros de océano profundo y ciento veinte sirenas enamoradas de tu corazón. Veinticuatro fotogramas por segundo y mil personas dando tumbos en garitos que tienen puesto rock and roll. Una musa con pinta de ser mitológico ahogándose en un vaso mientras su poeta se pone ciego de alcohol. Cuatro colmillos afilados y seis mordiscos en el cuello, dos miradas de incendio y un rugido de león. Dos montañas que son pechos, un baile de salón, diez caricias y un olor nuevo desfilando por el edredón. Dos pies en el salpicadero y Elvis Presley desatando la locura en

Noches sin dormir.

[...] Tu olvido poseía todos los recuerdos que tú no conseguías recordar. Todos nuestros momentos guardados en él, imposibles de borrar. No recordarlos no significa que se borren o dejen de existir, sino que han cambiado de lugar. Y ahora, están seguros en el olvido porque éste es imposible de olvidar. [...] Ya no te veo entre las sombras, te has vuelto oscuridad. La noche es fría, y tú no estás. Son muchas noches sin dormir recordando las horas a tu lado, los días de verano, lo que nos hemos quedado. Los momentos que te has llevado y los recuerdos que me has dejado. Son muchas noches sin dormir tiritando sin tus brazos, sin tus venas por mis piernas ni tus besos en mis labios. Son muchas noches sin dormir, sin nuestros bailes, tu aliento en mis costillas ni mis manías hacia ti. La cordura se ha ahorcado, ha usado tus brazos como cuerda. Son muchas noches sin dormir, y aunque tú no te dieras cuenta, yo contigo no dormía para verte amanecer sobre el colchó

Como gotas de agua fría.

"Si cada persona es un mundo y nosotros  somos dos gotas,  hay un mundo en cada gota  y cuando llueve,  llueven mundos." He pasado años echándote de menos sin saber que existías. Años hablándote en sueños sin saber quién eras y tampoco que me pertenecías. Dejé mi mente volar por el cielo como si fuera una cometa en pleno mediodía, y aquel día no hacía viento pero las nubes querían llorar. Nos conocimos como gotas suicidas de agua fría en el cristal. Nos encontramos en el cenicero convertidos en cenizas, y nos fundimos como dos humos provenientes de cigarros diferentes en el ambiente del bar. Hoy se ha vuelto a repetir la escena tras el cristal. La ficción siempre nos deja en los labios falsas esperanzas. Ella no se ha lanzado a tus brazos ni ha roto la distancia de cristal con un beso. Pero a ti se te veían las ganas desde el Universo. Ojalá pudieses verme porque por ti podría ser ella, pero mejor. Lo habría hecho todo, habría roto cristal

Salvarse y ser salvado es complicado.

"¿Sabes de esos días...? Pues esos siempre... Y uno acaba hecho cenizas de tanto  quemarse... y  no todos somos aves fénix." Podría decir que eres la luz que va llenando de color cada lugar negro que se va encontrando. Podría escribir sobre nuestros roces y la magia instantánea que se produce en cada uno de ellos. El choque de nuestras manos frías como el hielo, que en una milésima de segundo se convierten en fuego. Podría hablar de ti y de las carreteras y curvas sobre las que viajan mis ojos cuando sonríes, con el límite de velocidad a 120. Multada por exceso de velocidad de latidos de mi corazón. Podría hablar sobre tus manos y decir que son puentes sobre los que saltar sin morir. Un suicida nunca tuvo tanta suerte. Podría hablar sobre ti, y de pronto en mi mente, volvemos al mismo semáforo de siempre. En el que a veces esperamos a que se ponga en verde, u otras cruzamos en rojo desesperados. Y entonces, se me quiebra la voz y te digo

Déjame decirte.

"Hablo de poner una canción en el tocadiscos,  en bajito y poco a poco ir subiendo el volumen.  Hablo de que el ritmo recorra todo tu ser desde la  punta de los dedos de las manos hasta la de los dedos  de los pies. Hablo de dar vueltas, de bailar sola faltándote vida entre las manos. Hablo de dar vueltas, como él las da en tu cabeza, sin ton ni son ni fin. Hablo de bailar en una habitación a oscuras con un poco de luz. Y que esa luz no sea nadie, sólo tú. Y hablo de que de tanto girar, él salga volando disparado lejos de ti. Mientras el vinilo sigue girando en el tocadiscos, el volumen ya está alto y tú te sientes mareada  pero con vida entre las manos  por fin." Dejaría que enredaras tus dedos en mi pelo y te perdieras por el pasadizo secreto de mis piernas. Dejaría que dieras vueltas por el laberinto de mi lengua y bailáramos al compás de la marea. Dejaría de ser paz, parar vivir por ti en guerra. Dejaría que me lamieras las heridas, me mordier

Carta a destinatario cero.

"Algunos días pesan más que otros porque  ahora pesan lo que un día los otros  no pesaron." Me besaste de película y todavía me sabe la boca a ciencia ficción. Hueles a cine western, a novela antigua, a libro nuevo y a la película en blanco y negro que nadie olvida por mucho que pase el tiempo. Bailo sola y me falta vida entre las manos en esta habitación. A oscuras. El vinilo sigue girando y la aguja danza de forma suave a medida que va avanzando la música. Se forma un abismo en el suelo que quiere engullirme cada vez que aparece el silencio entre canción y canción. Les hablo a las mariposas, huelo las flores y me pincho con las espinas porque así es como recuerdo el amor que nunca he sentido, pero que tanto he visto sobre los adoquines o desde las ventanas. Como dolor y sufrimiento inestable pero inamovible. Con una sonrisa en los labios cuando la gota de sangre aparece que es saboreada por otros labios y desaparece con unas cosquillas en el dedo y un beso en