Sobre salvar y ser salvado.

"Si me abriesen el corazón, 
encontrarían el túnel que utilizan 
todas mis palabras para salir 
y ver la luz."

A lo largo de nuestra vida hay distintos tipos de precipicios.
Uno de los más importantes es el Amor. Y aunque se trate de un precipicio desconocido para mí, lo observo desde la lejanía.
Imagino que cuando estás enamorado, bailas alrededor del precipicio... Fuera de él.
Bailas sobre la luz. La vida. Pero llega un momento en el que la otra persona, que tiene tu mano cogida, puede empujarte. Y mientras caes al vacío pidiendo auxilio, puede pararse a observarte. Mientras tu voz suena cada vez más silenciosa, como un eco inaudible.
Y entonces, la persona que te ha empujado, te abandona en la oscuridad.

La manera de salir del precipicio, de momento, sólo la imagino si alguien ha escuchado tus gritos, se acerca y extiende su mano para sacarte de allí y de esa forma salvarte.
Pero cuando alguien extiende su brazo hacia el precipicio, tiene dos opciones. La primera es salvarte. La segunda es caer a la oscuridad en la que tú te encuentras metido.

No todo el mundo puede y quiere salvarte.

Imagino que de eso se trata el Amor.  De encontrar a alguien que te salve y que de la misma forma lo hubieras hecho tú si esa persona hubiese estado dentro en la oscura soledad.

Imagino que el Amor trata sobre asumir riesgos para salvarte.
Sobre salvar y ser salvado,
del mundo entero y de uno mismo.

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