Pirata de ciudad.

"Dónde está la música cuando me falta,
dónde está si me la olvido.
Dónde está mi vida si te marchas,
dónde estás si no es
conmigo."

Cambió el mar por el asfalto,
hundió su propio barco y naufragó.
Sobrevivió al naufragio,
sobrevivió al dolor.

Deambuló por la ciudad desconocida,
lejos de las tormentas de ultramar,
sin dinero ni ron ni una brújula
que le indicase un lugar.

No estaba lejos de su hogar,
pues llevaba el mar en los ojos
y su brújula marcando el norte
en el corazón.

Perdió una pierna en una tormenta
frente a espadachines borrachos
que nunca habían visto en sus sueños
a un pirata tan humilde.

En la memoria lleva su bandera negra
con su fiel calavera de la que presume
cuando cierra el puño y sube la marea.

Surca mares en sueños,
habla con las sirenas.

Baila en islas desiertas
hasta caer desplomado en la arena,
mientras gasta bebiendo en el bar
lo que cada día gana mendigando
el pobre pirata de
ciudad.

Los peces aún le siguen buscando,
la espuma le salpica en los labios,
sonríe si pierde el sombrero
y comienza a bailar en su barco.

Los recuerdos izan sus velas
y mantienen el mar de sus ojos lejos
de la tormenta.

Valiente impone en el suelo
su pata de palo invisible
considerándose dueño del mar.
Respira tranquilo y a los pulpos les dice
que le gusta ser pirata
de ciudad.


(Para ti, querido mendigo pirata que me inspiraste con tu sonrisa y ojos color mar cuando no llevaba dinero encima para darte.)

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