Sé mi casa.

Sé mi hogar, mi guarida,
mi refugio. Sé mi casa.

Que los ladrillos sean tus brazos
y me cobijen del frío
y me acaricien de madrugada.

Que los pilares sean tus besos
y mantengan firmes las esquinas de mi alma.

Que las ventanas sean tus ojos y tu boca la puerta
para recibirme siempre que esté buscando las llaves;
siempre que llegue cansada del mundo
para hacer de éste un lugar habitable.


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