Estas canciones.

Estas canciones son lo único que tenemos,
lo único que ha forjado un nosotros,
aunque nunca lo haya habido
ni nunca vaya a haberlo
porque tú no quieres.

Estas canciones son lo único
que nos une,
aunque tú no lo sepas
y yo esté tratando de aceptarlo.

Aunque tú no te acuerdes,
aunque tú no estuvieras en alguna de ellas,
sino tu ausencia,
y aun así sigues estando.

Ahora escucho una de ellas y no me duele.
No me duele el corazón, ¿acaso debería?
No debería, no,
no deberías partirme tanto o más
de lo que ya lo haces.

Ahora escucho una de ellas
y siento calma,
es una especie de paz leve
que se me dispersa en el pecho.

Y no me duele,
porque aquel momento quizá dolió un poco,
porque no bailamos juntos,
porque yo quise que vinieras;
pero no duele porque te imagino
sonriéndome de lejos, bailándome
en la distancia y mandándome un beso
de tus labios con tus manos.

Ya he escrito sobre esto varias veces,
te voy a llevar siempre en el pecho.
Quizá con la puerta cerrada,
porque tampoco mereces llenar de pasos
mi cuerpo, por las noches, cuando te desveles.

Ni tampoco quiero que puedas crecer
sin crear, sin plantar ningún jardín en mis carnes,
puedas poblarme el pecho,
gobernármelo, con tus ojos y tus manos.

Yo no quiero eso,
tú tampoco quieres. Al menos en eso
la vida consigue que coincidamos.

Y es que ahora suena esa canción
y no duele porque el momento fue hermoso.
Y sí, podrías haberte acercado a mi cuerpo,
podríamos habernos pegado.

Podríamos habernos mirado
y que nuestras manos se aprendiesen sus senderos de vida,
y pudieras palparme los acelerones de latidos
en las venas que tú provocabas por estar al lado.

Pero quizá no habría servido de nada,
no habría forjado un nosotros,
y tan sólo habría alimentado a este pecho en el que habitas,
en esta habitación con esta puerta que merece estar cerrada
para que no grites, no sonrías
y no estires los brazos para descolocarme.

Y mientras esta canción suena,
tú estarás viendo el clásico,
quizá enfadado porque ha perdido tu equipo
y estés más serio de lo que estás siempre,
salvo cuando estás con tus amigos y sonríes
y entonces el mundo reluce
y si te sigue una sombra es porque la sombra
quiere estar a tu lado.

Estoy tratando de aceptarlo,
que nada será nunca como yo quise
ni como yo quiero
ni cómo quiero quererte
en la vida.

Aunque anoche quise rozar la línea,
sentir el nerviosismo,
sentir que estabas cerca mientras la vida
nos seguía manteniendo de un hilo
alejados.

Y es que ahora sé
que quizá estas canciones sean lo único que tengamos,
o que yo tenga de ti
porque tú no lo sabes.

Las únicas canciones que te acercan a mi cuerpo,
las únicas que dejan que abras la puerta y
me bailes en la piel con los pies descalzos.

Porque quizá estas sean
las únicas canciones que nos unan
y yo no pienso dejar de escucharlas
porque me recuerden a ti.

Aunque esté tratando de olvidarte
y esto, tan sólo esto,
ya todo lo complique.

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