En esta cama.

En esta cama
he temblado por ti,
no he podido dormir
por los nervios de tus palabras
y haberte sentido tan cerca del pecho,
casi que me atravesabas.

En esta misma cama
he soñado contigo, decenas de veces.
He recorrido tu casa cogida de tu brazo,
he ido a verte a la iglesia,
nos hemos mirado en un bar
como si el mundo dejase de importarnos
y me has besado en la calle.

En esta cama
te he imaginado cientos de veces,
tu manera de cerrar los ojos y después abrirlos
por la mañana.

Cómo te pintará el amanecer la piel
cuando aparezca en la ventana,
y cómo quedará tu olor y tu respiración
en mi almohada a escasos milímetros
de mi nariz y mi oído.

En esta misma cama
te he deseado, te he querido y he sufrido por ti.
Te he echado de menos y he dudado,
me he debatido si hablarte.

Y en esta misma cama,
justo en esta misma siempre,
he decidido no seguir queriéndote
y como siempre, de manera irrevocable
inevitablemente,
he vuelto a hacerlo.

Sin saber por qué pero sí dónde,
y es que siempre en esta misma cama,
como si esta cama me llevase a ti.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.