Algunas noches.

Algunas noches como ésta
te imagino,
imagino que los ojos
te pesan como persianas
que desean cerrarse.

Que me escucharías
como si estuvieras soñando,
me pondrías cara de niño
y yo te besaría la cara
para que pudieses dormirte.

Algunas noches como ésta
nos imagino en el bar de la esquina,
con los nervios correteando
como niños felices por la mesa
mientras se juntan nuestras manos.

Nuestras manos
que ya se conocieron,
volviendo ahora a encontrarse,
sentirse, leerse.

Algunas noches como ésta
te imagino deslizándote
por el pasillo,
quitándote la ropa con cuidado,
como si bailaras para mí.

Y es que algunas noches como ésta
observo cómo se retuerce el humo
de mi taza y sólo sé imaginarte
cómo te vas quedando dormido
cuando llegan las doce de la noche,
como ahora.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.