Nunca lo supe.

Yo no sé qué es el amor,
¿qué es, que yo nunca lo supe?
¿Es acaso ese rosal que florece?
¿O esa nube que se desvanece
con el paso del tiempo y
el viaje del aire?

Nunca lo he sabido
y quizá nunca lo sepa;
saber que una persona te quiere
y tú a ella de vuelta.

Yo no sé qué es el amor,
soy una ingenua,
una niña que siente
pero no sabe que es eso.

Como un bebé que pestañea
pero no sabe qué hace,
como un borracho que llora
y no sabe muy bien por qué.

Yo no sé qué es el amor,
pero sí sé bien lo que es quererte;
o querer a alguien
aunque éste no te quiera.

Al menos siempre creí eso,
que sabía, aunque nadie nunca
me hubiese dicho que así es
como se quiere a un ser humano.

Nunca supe si quería, de veras,
o era otra cosa lo que nacía
y se movía en mis adentros,
como si me faltase el aire
y el corazón me fallase
ante un ser que respira y vive
y actúa por sí mismo.

Libre, sobrevolando mi cabeza,
pero que no se acerca a mí
y me mira con el significado del mundo,
ni me acaricia la cara y me besa
como resumen de todo
de lo que no logro entender.

No sé lo que es sentirlo,
sentir que me quieren,
que por mí suspiran, que sueñan
con envolverme en algodón de colores
y acariciarme las malezas para
transformar mis heridas.

Sentir que no quieren dejar de oírme,
que su mirada se deshaga de la mía;
sentir que quieren que nuestras manos
fluyan y nuestras voces
revienten sin llegar a la afonía.

No sé lo que es sentirlo,
nunca lo supe; ¿qué es?
¿acaso este viento que sopla
y me estremece y no me mueve de mi lado?
¿Acaso ese pájaro que canta y vuela libre
y siempre se posa sobre el mismo árbol?

No sé lo que es sentirlo
pero sí sé lo que es quererte.
Querer tenerte en mis manos cada día,
poder medir tus pasos
para estirar el tiempo.

Querer alargar el sentimiento
por mirarnos más despacio;
desear tu alma enlazada a la mía.

Nunca lo he sabido,
¿acaso alguien lo sabe,
o cada uno tiene su versión cualquiera?

Yo no sé qué es el amor,
pero algo me brota del pecho,
algo como una espuma marina,
cuando me escribes y me dices
"yo querría tus manos",
y la sonrisa ya no me entra en esta boca
que te busca y dice "vida mía".

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