¿Qué vamos a hacer?

¿Qué vamos a hacer?
¿Qué estamos haciendo?

¿Qué va a ser de todos los besos 
que no nos estamos dando? 
Que se están muriendo de frío por no entendernos,
que por no entenderte me estás matando.

¿Qué vamos a hacer?
Nos estamos erosionando como montañas
sin la necesidad de tocarnos
cuando deberíamos fluir como ríos, dejarnos fluir, 
y querernos como antes.

Como antes y ahora no.
O ahora sí y no lo sé.
No sé si me quieres,
no sé si yo lo hago por los dos.

Dices que sufres pero no te mueves,
te quedas ahí en el mismo sitio
anclado, taciturno, cobarde cuando yo quiero 
que te muevas, y bailes y lo pienses,
y después de pensarlo mil veces me digas te quiero.

Este no saber qué hacer,
de querer tenerte cerca y no poder
me está afectando más de la cuenta
y ya siento que no puedo.

Que no puedo más y tú no entiendes.
O no quieres entender.

Que tus manos están perdiendo los trazos,
las huellas dactilares, los caminos,
de no rozarse con las mías;
de no dibujarse mutuamente los futuros
compartidos.

¿Qué estamos haciendo?
¿Qué nos está pasando?
Ya no somos los mismos que antes se querían,
que tiraban el uno del otro y compartían madrugadas.

Intento tirar de ti pero la cuerda se tensa
y temo que al romperse te alejes
y te pierda en este mar de gente,
y no sea capaz de volverte a encontrar.

Intento hacerte entender que nos estamos
haciendo más daño separados que juntos,
y que todo esto podría curarse en tan solo segundos
si nos viésemos más.

¿Qué nos va a pasar?
No podemos estar así toda la vida, tienes que pensar. O actuar.
Dar un paso al frente y moverte de donde estás.

El barro te está ahogando, el hormigón secándose en tus pies.
Yo que tengo los pulmones encogidos, el corazón al borde del suicidio
y llorar ya no es suficiente para tenerte conmigo,
y tú que parece que ni así te cuesta respirar.

¿Qué vamos a hacer?
Ya no sé si soy yo la que pierde
o eres tú quien pierde por los dos.

No sé cómo puedes vivir así.
La comida no me sabe bien,
los ojos me arden, los pulmones me oprimen
y todos los días son grises incluso con sol.

Apareces en mis sueños y mi subconsciente
te quiere, puede que más de lo que lo hago yo.
Deseo que me hables pero no lo haces,
y derrumbo todas mis barreras de luchas internas
y te hablo y después me muero un poco más.

Espero tus respuestas y tus "no sé" no me bastan,
estoy cansada de tanta incertidumbre.
Cansada de no tener caminos alrededor,
de estar situada en un punto que no tiene futuro
si tú no haces nada.

Si tú no piensas, si tú no actúas.
¿Qué vamos a hacer?
Piénsalo o bésame,
para recordar cuánto me querías
cuando sabías lo que hacías.

Para recordar lo felices que éramos
siendo uno. Para recordar y darte cuenta
de que esto no tiene sentido,
que nos estamos perdiendo
y nos estamos dañando.

Para recordar lo bonito que era
construirnos con abrazos
y lo bien que se nos veía cuando estábamos enteros.

¿Qué estamos haciendo?
Piénsalo. Pero hazlo ya,
no lo dejes para luego.


Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.