V-e-n.

"Si te sobra espacio en el corazón,
alquílame la habitación más cercana a ti, 
por favor."

Aún te recuerdo.

Creo que mis recuerdos no van a desvanecerse nunca de mí. Igual yo tampoco quiero.
Tengo la teoría de que cuando quieres a alguien, cuando le quieres con tanta intensidad... Los pulmones se llenan y se queda dentro de ellos la esencia de la persona. Y a veces, siento que al respirar, sales de mis adentros. Y entonces aguanto la respiración un par de minutos hasta que me dan pinchazos en el corazón.
¿Sabes que los corazones también se rompen si no se usan? Después de ti, me di cuenta.
Aguanto un par de minutos la respiración y cuando siento las punzadas, sonrío. Sigue ahí. Funcionando como siempre.
¿Y si tu esencia en mis pulmones es lo único que me queda de ti? No quiero respirarte. No de momento.
A veces, cuando hace viento, creo que eres tú quien me roza la piel con los dedos.

Fue un infierno el primer día gris sin ti.
Aún lo recuerdo.

Los días grises, sin excepción, me llevabas a ver el mar. Me cogías de la mano mientras bailaba a la par que bailaban las olas su vaivén subida al escalón más cercano a las rocas, y más alto. Me sentía segura. Sabía que de ahí no podría caerme porque estaba cogida de tu mano. Y a veces incluso pensaba que podrías parar cualquier terremoto o catástrofe sólo con tus manos. Tú eras el equilibrio andante. Aunque a veces, te gustaba reducirlo para así caer en picado sobre nuestra cama y reírnos.
Recuerdo cuando el mar revuelto me salpicaba los labios y tú ibas rápidamente a besarme para saborear la sal.

Te quise como las olas quieren a las rocas de la playa. Por mucho que les vaya a doler el impacto de vuelta, siempre lo hacen. Creo que vuelven a casa. Tal vez consideran ese su hogar a pesar del dolor. Tal vez se pierdan si no vuelven... Porque si te alejas de tu hogar para no volver... Es posible que ya no te encuentres.

Y yo ya no me encuentro sin ti. Temía que si me iba lejos, no me llenaría nunca como contigo. Pero quedarme a tu lado me vaciaría más y eso no me lo habría perdonado jamás.

Recuerdo que cuando te conocí, te prometí que no tocaría nada y mucho menos me quedaría a vivir. Tú me creíste. Yo en ese momento también me creí. Pero construiste redes a mi alrededor y me sentí la sirena más feliz del mundo. No quería volver al mar, prefería bañarme en tus ojos.

Me mudé a una ciudad sin mar. Una ciudad que se encuentra abrazada por montañas y las cuales protegen mi corazón. Pero por mucho que no haya mar revuelto que ver, siempre habrá mar en tus ojos y en los recuerdos que tengo de nosotros.

Me encantaría poder decirte que si un día te despiertas echándome de menos, yo estaré donde siempre para que puedas ir a por mí.

Pero hoy ya no es así. Ya no estoy donde siempre.
Te toca a ti venir.
Ven.

Cuánto poder puede llegar a tener un "ven", ¿verdad?
Si alguien lo pronuncia, otra persona
puede llegar a dejarlo...
Todo.
...
Déjalo todo por mí y
v-e-n.





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