Esta vez, ni juntos podemos.

"No todas las chicas tienen una sonrisa 
tan bonita como la tuya" me dijo
mientras a mí se me encogía
el corazón. Recordé que esas
un día fueron sus palabras, pero ahora
se escapaban de los labios de un desconocido
que no era él. ¿Ya nunca serías tú?

A veces te recuerdo en otras barbas, en otras miradas e incluso en otras sonrisas.
A veces hasta en determinadas formas de hablar, o de bailar. También en algunas formas
de besar, de reír y de llorar. 
Hay veces en las que te recuerdo todo el tiempo y pierdo éste contigo.
Aunque tengo la teoría de que un día estaremos perdiendo el tiempo y sólo nos daremos cuenta cuando lo estemos buscando, yo prefiero encontrarlo buscándote a ti.
A veces te recuerdo en palabras y en respiraciones. En gestos y en canciones. Y mientras mis ojos se desbordan de tanto mirar a otras personas mirándote a ti, mi corazón se vacía por que no seas tú a quien en realidad estoy mirando. 
Suelo encontrarte en otras personas. En otras manos. En otros labios. Pero nunca eres tú.
Y a veces, me gustaría poder besar otros labios y sentir los tuyos.
Mirar a otros ojos y verte en ellos.
Tocar otras manos y sentir tus dedos.
Y que seas verdad. Que seas real.

Pero no soy capaz de dejar de esperar porque tengo miedo de no encontrarte en otros labios, otros ojos y otras manos. Tengo miedo de no sentirte nunca más. De no soñarte nunca más.
Tengo miedo de no poder cumplir contigo todos los verbos que acaban en arte y por eso tomo pastillas para no soñar.
Tengo miedo de que no aparezca tu cara en mis sueños. Tengo miedo de olvidarme y olvidarte.
A veces me encuentro de noche bailando en un pub y en mi radar suena la alarma de que alguien tiene sus ojos puestos en mí, y vuelve a sonar de nuevo el radar. Y entonces observo a la persona y empiezo a verte a ti. Pero no eres tú. Nunca lo eres.
A veces las miradas dobles sólo se quedan en dobles miradas entre desconocidos. Tú ya no me susurras en francés que me quieres y yo ya no siento con el corazón desde mi aurícula derecha hasta mi ventrículo izquierdo pasando por las válvulas tricúspide y mitral. Ya no siento el corazón tan rojo como aquella vez.
En ocasiones ya no te siento en él.

Siempre hay alguien, siempre hay miles, pero nunca eres tú. Ya se me está haciendo complicado el traerte de vuelta con el aire. Empiezo a pensar que ya no es tan fácil, que ya no se puede.
Esta vez, ni juntos podemos.


Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.