Casi como casi fuimos.

"Me entró demasiado por lo ojos.
Tanto... que cuando me llegó al corazón,
 sabía de otra forma. 
A Amor."

Te escribo en esta fría noche de enero.
Le vuelvo a escribir como antaño a alguien
a quien no siento cerca de mí, no siento
y no huelo...
El frío me está acariciando la piel.
Antes eras tú quien lo hacía, ahora quien
entra por mi ventana es él.
Mi cigarro empieza a consumirse, sin que yo le dé
ninguna calada. Y mientras el humo se funde con el aire
y escapa por mi ventana, recuerdo la parte de mi vida
que se marchó contigo a tus manos
agarrada.

Ahora me arropan las mantas, ya no lo hacen tus brazos.
Echo de menos hacernos pedazos y al construirnos,
tropezar con nuestros andamios.
No me has reconstruido... Mis ruinas aún te están esperando.

He vuelto a escribirte una canción sorda porque tú ponías
el ritmo a mi vida y sin ritmo no hay melodía.
Tengo un par de canciones de rock and roll que no hacen
más que cantar sobre ti en bajito... A modo de susurros...
Porque no soy capaz de escucharte a gritos.

El otro día soñé que éramos uno. El dolor me extirpó el
corazón al despertar. Lo más curioso es que no sentí...
Nada.

Fuimos en un sueño mientras una mujer cantaba una canción,
susurrándola despacio agarrada a un micrófono.
Eran cuatro preguntas. Las dos primeras las respondías con las manos,
las dos últimas las respondía yo, en silencio.

Supongo que cuando te marchas de un lugar, no debes volver a él.
Porque una vez vuelves, ya nada es igual.
El tacto ha cambiado, los olores son distintos, las vistas
ya no son las mismas y los sentimientos han desaparecido.
Por eso no volveré a ti por el simple hecho de que no volveremos
a ser quienes casi fuimos.
Si vuelvo, no seremos entonces los mismos.
Por eso no volveré a ti jamás. Sé que harás tú conmigo
lo mismo.

Recordaré lo que no fuimos y lo que casi llegamos a ser.
Recordaré lo que fuimos en sueños. Lo que quisimos ser
y el miedo con dudas nos arrebató.
Recordaré la mejor parte y olvidaré las demás.
Te seguiré escribiendo canciones sordas. 
Te seguiré escribiendo sin sentido porque 
aún tengo la manía de pasar mi mano fría de madrugada 
por el otro lado de la cama. 
Y me encuentro con el tacto suave de la sábana.
El otro lado está frío... Y este frío me recuerda que 
ya no te toco... Desde que no estás.

Y ahora que te escribo estas letras...
Letras que no vas a leer, susurro aquella canción
que casi nos pertenece. Casi como casi fuimos.


... ¿Dónde han quedado tus dedos... recorriéndome el cuerpo?
¿Dónde han quedado tus manos... agarrando las mías en invierno?
¿Dónde has quedado?...
Yo...
Yo... Ya no te encuentro...
¿Qué me ha quedado?
Silencio ... 

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.