Así me siento yo cuando eres arte.

Escribir por ejemplo,
que los acantilados te cubren las espaldas,
el viento es cuidadoso
para no arrastrarte,

el mar azul allá a lo lejos te susurra,
los árboles verdes te arropan la mirada
y el sol...

El sol hace que brilles
mientras sonríes mirando a la cámara,
y a mí me duele el corazón
de sur a norte
como si cientos de hormigas,
de arañas, de escarabajos,
de cucarachas me lo mordisqueasen
con rabia.

Porque así me siento
cuando no te fotografío
y eres arte.
Cuando no te hago reír
y tu risa en una fotografía
hace eterno el instante...

Porque seguro que si acerco el oído
aún se puede escuchar el eco flojo
y lejano de tu risa,
y ver las arruguitas que se te forman
a los lados de los ojos cuando eres feliz;

porque así me siento yo
cuando tú eres arte
y yo no puedo admirarte
ni de cerca, ni de lejos.

Y tengo que sentir
cómo cientos de bichos invisibles
me mordisquean el corazón
haciéndome sangre,
la misma por la que corre tu nombre
sin descanso.

Así me siento yo cuando eres arte
porque lo has sido todo el tiempo,
desde que te conozco.

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