Cinco minutos más.

Yo no sé grandes cosas,
desconozco las grandes historias,
olvido fechas y acontecimientos 
importantes y me faltan vidas
para aprender a ser alguien.

Pero sé, sé muy bien,
lo que siento cuando me miras de frente,
cuando estás delante mía mirándome 
a los ojos.

A veces me pregunto
si sentirás lo mismo tú al verme,
la felicidad salpicada en la cara
como espuma por tenerme
una noche más clavada en la mirada.

A veces calculo de manera inconsciente
el número de besos que podría darte
y sin embargo nunca te estaré dando;
y me comentan mis oídos que tus labios
y los míos tienen besos pendientes
y la deuda está aumentando.

Pero entonces, ¿qué hacemos?
Si yo no puedo quererte.
Si tú no me dejas hacerlo.
Si tú no me quieres.

Porque te hubiese querido tanto tanto
hasta que el corazón me explotase.

Porque tienes un tipo de tristeza
en la mirada a la que desearía
hablarle del amor todas las noches.


Porque a ti te diría que ojalá pudiese hacerte reír
durante toda la noche, que nunca se hiciese de día,
y posponer siempre al querer olvidarte
cinco minutos más para nunca más tener que
intentar hacerlo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.