Mover el mundo.

Una noche soñé con Arquímedes, que decía:
"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo,
empezando por su boca"; y tan sólo lo que hizo
fue moverlo para alejarlo de ella y doliese menos
la distancia.

Al despertarme me quedé pensando
que haría lo mismo por ti
si pudiera rehacer la historia,
pero preferiría empezar por tu boca
y todos los besos que llevamos perdidos.

Y es que te recuerdo cristalino,
e imagino que me dan aliento tus suspiros
y que el aire que construyes me acaricia.

Y sé que te recordaré toda mi vida,
porque soy de aprendizaje lento
y llevo el corazón lleno de heridas
que no sanan porque nunca sé parar a tiempo.

Pero como yo te recuerdo,
¿sabrás tú recordarme?
¿Volver a pasarme por tu corazón
entre latido y latido?

Una noche soñé con Arquímedes,
que acabó moviendo el mundo para alejarse de ella
sin saber que la fuerza de atracción les retenía
cuerpo a cuerpo.

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