Si existiese un punto extremo, tú en un lado y yo en el otro, aceptar el amor o el olvido sería más sencillo. Pero en cambio, a ti te gustan los puntos intermedios, como mi ombligo. Ni frío ni calor, prefieres templado. Ni lluvia ni sol, votas nublado. Ni conmigo ni sin mí, te encantan los vaivenes del centro, las risas, los enfados, los descuidos que acaban en beso. Te gusta vivir en el centro. Irónico que sea Madrid en su punto 0,0. Así que nunca te quedas conmigo pero tampoco te marchas del todo, tú siempre estás en el centro haciéndome algún destrozo.
La última vez que te vi estabas de perfil al otro lado del cristal con el móvil entre las manos. Pensé, tonta de mí, que quizá en ese mismo instante me estarías escribiendo algo, como por ejemplo: "Estoy aquí. ¿Tú dónde estás?". Pero miré en mi móvil y en él no estabas tú. Intenté mantener la sonrisa y pasé de largo. Volví a pasar por donde estabas para retenerte en mi retina, y probar suerte para estar entre tus brazos. Te vi de pie de lejos, fumando, como un perro solitario. Mirando frente a la paralela hacia la que se dirigían mis pasos. ¿Y quieres saber por qué pasé de largo? ¿Por qué no miré hacia tu lado? ¿Y quieres saber por qué no me acerqué? ¿Ni te miré a los ojos, ni grité tu nombre, ni corrí a tus manos? Por escuchar tu voz. Por escucharla gritando mi nombre. Aparenté estar tranquila pero por dentro mi pecho estaba a punto de explotar. Mi cerebro puso muros alrededor de mi corazón pero no fue sufici
La cicatrización, el olvido, la aceptación, la despedida..., todo es lento. El duelo y el paso de la herida, el cambio de su color, las lágrimas que ya no brotan más de una misma. El dolor en el pecho, los suspiros por no caber más vacíos, por no querer sentir más peso, no poder sentir más peso, porque en tu vida soy un espacio de más del que no te das cuenta y dejas pasar, perenne. Unas manos perdidas en los cajones, una intensidad tan fuerte que no te haces idea. Unas ganas de no querer verte pero de buscarte en los bares, las calles, las esquinas... ¿Cuánto tiempo se tarda en olvidar a alguien? A veces, toda la vida. Otras años, quién lo sabe. ¿Qué puedo hacer mientras tanto? Mientras veo tus fotos y me entra la pena, que se desliza por las paredes de mi pecho, y las mancha del color de mi sangre. Mientras quiero hablarte y no me lanzo, mientras respiro tras haber borrado tu número para no buscarte, para que mis manos no te busquen de noche an
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