La sociedad de las prisas,
el vicio, las modas,
las tardes de estudio
de domingo,
los días sin sentido.

La sociedad que nada
tiene que contar a diario,
de la monotonía,
de los relojes parados, 
los sueños varados y
el desperdicio.


La sociedad de las almas
suicidas por buscar
otras almas a base de
poesía,
de los yonkis de amor,
de los extasiados haciéndose 
polvo.

La sociedad de las prisas,
sin reloj, sin días
ni vida.

Buscando una señal
en el universo
mientras no miran hacia
arriba.

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