Cualquier vida 
posee historias
de principio a fin,
de uno a mil,
de aquí a Marte,
de aquí a allí.

Allí donde estés tú,
digo.

El problema de las historias,
no es que tú seas el protagonista,
que no lo eres, por cierto.

Sino que de tanto contarlas,
acaban dejando de pertenecer
a quien las cuenta
y ya no se trata de la historia 
de ella,

sino de un discurso
aprendido, de memoria,
que ya nada tiene que ver
con ella.

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