Los medios de comunicación
anuncian que ha llegado
la primavera.

Y yo en secreto me callo
que ésta nunca se marchó,
al menos de mi vera.

Y es que hace ya algún
tiempo que veo
brotar y echar raíces en mí
a las flores de su cuerpo
cuando se desnuda ante
mis ojos.

Cada noche me convierto en
su florista sin saber de flores.
Pero las suyas, me las sé de memoria,
recuerdo sus olores.

Y lo juro,
ojalá nunca se marche
la primavera de mi vida.

Ojalá nunca cambiemos
de estación.
Ojalá yo siempre
haga de florista
y ella de mi jardín
de la alegría.
Ojalá siempre ande
cuidando sus flores,
las bese, las huela,
y les haga el amor.


Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.