Rey sol.

"Sus ojos tristes hablaban, su boca callaba a 
todas las palabras y sus labios eran 
las murallas que protegieron una vez 
su desdichado corazón.

Sus ojos tristes eran de color café. Su cafeína 
no me causaba insomnio, sino soñar con él
El viento soplaba mientras él me tendía su mano, 
sonreía y me enseñaba sus dientes de león. "

Descubrí que al final las personas
que ya no estaban, no me podían
salvar.

Tardé más tiempo en comprender
que tú no estabas y tampoco
pensabas volver. Tardé tanto
que no me he recuperado
aún.

Me has vuelto loca y en esta locura
no encuentro escapatoria. No veo
la forma humana de escapar
de ti.

Mírame, me has dejado así.
Ya no sé si lo recuerdas,
pero antes estaba entera.
Contigo te llevaste un trozo de mí,
lo quiero de vuelta.
Cuando puedas.

Eras alguien corriente,
lo sé, pero igual que el agua
corriente es necesaria para la vida
tú también lo eras en la mía
de una forma especial.

Siempre has sido sur
sin mar en las mejillas.
Siempre has sido incendio,
aún cuando no había fuego,
aún cuando todo era cenizas.

Hay heridas que de tanto coserse
y descoserse, llegan a un punto
en el que ya no se pueden
volver a coser.

Son las heridas que me hiciste
con tus dientes, por morderme
el corazón con tus colmillos,
por haber sido tan distante
y no querer tenerme alrededor.

Te he escrito tantas veces
que ya te sé de memoria.
He contado tantas veces nuestra
historia que la propia historia soy
yo.

Siempre has sido el sol,
aunque preferías la penumbra
y la soledad.

Siempre has sido sol y luz
entre la niebla y la oscuridad.

Eras mi rey de espadas,
mi intento de jaque mate,
mi d'Artagnan.

Me sé el camino hacia ti de memoria.
Soy capaz de cruzarlo con los ojos
cerrados.

Eres enfermizo. Puro veneno
y me pones el corazón de gallina.

Me gustaría que estuvieras muy cerca,
tan cerca que no tuviese espacio el aire
para estar entre tú y yo.

Me gustaría que me envenenaras con tu CO2.
Quiero respirar tu aire, tenerlo en mis
pulmones y que recorras mi interior.
Que fluyas por mis venas y
desemboques en mi corazón.

Es tarde y no puedo dejar de imaginarte
recitando versos que nunca recitarás
para mí en la cama con la luz tenue
y los ojos brillantes.

¿Cómo puedes caber en tantas canciones?
¿Cómo puedes ocuparme tanto espacio en
el pecho? ¿Cómo puedes estar ahí dentro
y a la vez tan lejos?

Si mírate, no eres para tanto
y estoy montando el drama más
cinematográfico digno de Óscar
de toda mi vida contigo,
porque por estar en tu mundo
cruzaría vidas, y como Frankestein,
océanos de tiempo.

Yo tan sólo quería que fueras mi
antídoto y me envenenas cada vez que
te pienso, me envenenas cada vez que
te escribo.

Eras el sol, mi rey.

Mírame, me has dejado así...
Mira cómo me has dejado,
rey sol.

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