Cerezos en flor.

Soy un caos hecho persona,
no me peino todos los días
ni tampoco me maquillo.

No suelo llevar vestidos,
sólo me sientan bien dos o tres.
No tengo las manos bonitas,
se me cortan con el frío
y a veces me sangran los dedos
por arrancarme trozos de piel.

Soy un manojo de nervios
y vivo en la constante duda
del no sé. Soy algo alocada,
soñadora y taciturna. El trozo
de pan que nadie quiere morder.

Tengo un secreto en los ojos
y es de color verde,
me gusta mi sonrisa
y a veces se me afloja la risa
con cualquier estupidez.

Con el tiempo, me he encerrado
dentro de mí misma y
me he acostumbrado a estar
mejor así que con el resto.
Es por eso que cuando salgo al
mundo y veo que todo sigue igual,
me entristezco pensando
que nunca va a cambiar.

En mi cabeza siempre suena una
canción y cuando en mis oídos
suena alguna, siento el ritmo en
mis pies, en mis manos y en mi cuello.

Soy una caja de Pandora y siempre
sabrás lo que yo crea que necesites
saber.

Sueño con vivir cerca del mar
y que se me pegue la sal a la piel,
también con respirar aire puro
y tener el corazón en calma mientras
me abrazan montañas.

Cambiaría de mundo cada noche
si pudiera y de madrugada
tal vez cambiaría de idea y
volvería al anterior para volver a
intentarlo durante un día más.

Pienso y sueño más de la cuenta,
duermo menos de lo que debería,
intento ser racional porque
las ilusiones las tengo demasiado
sensibles y se me rompen
con cualquier suspiro.

Escribo menos de lo que me gustaría
y me salen las rimas sin querer,
aunque a veces las fuerzo.

Suelo llegar tarde al mundo
o si no es así, éste prefiere irse antes
sin mí.

Los imposibles me nublan la vista
y mi caparazón me oprime el pecho
cuando veo muestras de amor a mi
alrededor y yo no puedo
tenerlo.

Puedo llegar a ser tóxica,
muy pesimista e irónica.
También idiota pero espero
a la desesperación.

Veo esperanza en los ojalás
y luz en la oscuridad;
también creo que hay motivos
para vivir aunque no se sepa
cómo y sólo se esté improvisando.

Ayer era invierno
y hoy los cerezos ya están en flor.
Pronto llegará el verano y con él
las terrazas llenas de personas felices
bebiendo cerveza, las tortugas asomando
sus cabezas fuera de sus caparazones
porque al final siempre acaba por salir el
sol.

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