Mi faro.

La vi convertirse en un rayo de luz
cuando me mostró su mejor sonrisa,
y entonces descubrí que se había
transformado en un faro por mí.
Para guiarme el camino,
para encontrarse conmigo.

Y entonces comprendí que

no debía temerle al mar
si ella iba a estar siempre
alumbrando.

Si ella iba a estar siempre 

esperando para que volviera
pronto a sus brazos.

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