Ahora que apartas la mirada,
que ya no ves sus medias en el suelo,
que ya no te llena el cuello de pintalabios rojo
y a ti parece que te importa un poco más el resto.

Ahora que ya no ves tus manos en sus párpados
ni en su cara, y mucho menos en su corazón abierto.

Ahora que ya no lo tocas,
ahora que ya no recuerdas cómo hacerlo.

Ahora lo sabes,
ahora estás en lo cierto,
sabes que el hasta nunca empezó
cuando os dijisteis te quiero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.