Cuando te acercabas, yo.

Cuando acercaste tu oído a mi boca
para escucharme mejor por el ruido,
tú estarías concentrado en mis palabras
sin embargo yo pensaba en lo cerca
que estaba de tu oído, de tu cara,
de tu boca.

Cuando me mirabas a los ojos
y el sol se reflejaba en ellos,
tú te fijarías en los míos en algún momento,
yo en cambio me preguntaba si eras tú
quien producía todo el brillo.
Y estoy segura de que era cierto.

Cuando me hablabas tan de cerca
que podíamos rozarnos, tú no te darías cuenta,
pero yo estaba tan nerviosa que me sentía ridícula,
y te hice reír unas cuantas veces.

Tiré de tu risa como quien desnuda
a un cuerpo en la noche.

Y me quedo con eso: Tu risa.
El mayor trofeo jamás ganado.

Hacer que se curvara tu boca
ni siquiera entra dentro del libro de los récords
porque a nadie antes se le había ocurrido
lo bonito que resulta hacerlo.

Cuando acercabas tu cuerpo al mío
tú tan sólo estarías concentrado en poner
tu mano en mi cintura,
pero yo visualizaba todo el recorrido
a través de los sentidos.

Sentía tu cuerpo esbelto y fuerte a mi izquierda,
haciendo de muro y refugio.
Sentía tu brazo con tus venas deslizándose
por mi espalda como una serpiente
o agua que fluye por un río dejándose llevar por la corriente.

Te notaba buscando mi cintura
como un ciego que camina a tientas
palpándolo todo en un segundo.

Y tan sólo fue un segundo, un viaje fugaz a mi cintura,
pero yo lo sentí a cámara lenta, te lo juro.

Y cuando por fin tu mano llegó a mi cintura
clavó bandera una vez más
como si fuera astronauta y hubiese llegado a la luna.

Se acomodó en mi piel dejando huella,
y mientras tú mirabas al objetivo,
yo no podía dejar de pensar en tu mano acomodada en mi cuerpo,
porque la sentía caliente y a ti tan cerca,
que estaba deseando tenerte ahí siempre.

Porque cuando nos miramos a lo lejos
y te dije "ven" con la mano,
tú no pensarías que me estaba muriendo de ganas;
en cambio yo te veía bailar y lanzándome besos...
y ahí tan sólo pensaba que ojalá todos esos besos
me llegasen a los labios.



Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.