Todos hemos estado rotos más de una vez. Un año después, lo de siempre.

No te rompas...
No te rompas...
No te romp... ¡Chas!
Me rompí.

No te acabes...
Y al final caducas.

No te vayas...
No me fui.

Todos hemos estado rotos alguna vez,
aunque esta vez, más veces.

¿Por cuántas personas tengo que romperme
para que alguien me quiera reconstruir?
Si yo sola lo he intentado mil veces
y nunca lo conseguí.

Pensé que quizá tuviste que romperme
para que creciera y cicatrizase mejor
pero no. No paro de supurar.

Mi terciopelo ya no está suave.
Mis ganas no quieren más.

Tus huesos me dan igual,
tus besos quieren saberme mal,
mis ojos ya no quieren esperarte.

Amanece esperando que me hables,
atardece y anochece,
y se pasa la vida esperando una respuesta.
Porque a veces, ni aunque llegases siempre tarde,
yo debería estar esperando.

No quiero salir de un clavo y entrar en otro,
no quiero clavarme más clavos. No quiero más escombros.

Todos hemos estado rotos alguna vez,
aunque esta vez, más veces.
Un año después, lo de siempre.
Todo sigue igual.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.