Puro rock and roll.

Por las venas les fluye rock and roll
del que cura todas las
heridas y refuerza el corazón
a prueba de balas del calibre 45.

Rock and roll con el que no puedes
dejar de sonreír, ni de reír,
ni de sentir intensamente
aunque el momento sea breve.

Rock and roll del que hace
que vivas la música, o en su
defecto, aprendas a vivirla.

Del que hace que quieras bailar,
revoluciona todas las células
y hace que quieras pisar el suelo
con más fuerza siguiendo el ritmo
para sacar del cuerpo todo lo que
se está creando dentro.

Ella es puro rock and roll,
y él lo es con ella.

Ella te abraza y te hace
cosquillas en el corazón.
Puede llevar falda y medias
o puede llevar pantalones ajustados
y una camiseta de The Beatles.
O puede llevar lo que quiera,
un tutú o un traje de Wonder Woman,
que siempre estará tan bonita y
rockera.

Ella tiene fuego en el pelo,
y está cubierta de tatuajes
que hacen de su cuerpo
una vital obra de
arte.

Ella es Arte. Hace muecas
en el escenario, ríe,
sufre, mira con rebeldía
y sonríe mil veces más.

No aguanta lo de estar sentada,
prefiere portarse mal.

Resucita a los muertos
del rock con su gran vozarrón,
o mejor,
les hace volver a vivir
en sus tumbas.

Ella es puro rock and roll
y pisa fuerte en la vida
con sus botas.

Él lleva el pelo largo,
es delgado y viste de negro.

Pisa la vida con converses
y es la debilidad de
Ella.

Él es un gran guitarrista y
con sus manos acaricia.
Hace cosquillas a las guitarras y
las mima antes de quedarse dormidas.
Les da placer y
vida.

Adoro la complicidad
que muestran sobre el escenario
a base de miradas y sonrisas.

Ella baila alrededor de él
y a él le encanta que esté
loca.

Su locura es la más sana,
la mejor de
todas.

Ella y él son puro rock and
roll, y ojalá algún día llenen
estadios.

Porque va a ser histórico,
aquí te lo adelanto.

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