El corazón por la boca.

"Siempre te dejo los renglones dedicados
 a medio acabar,
por si decides volver acabarlos 
conmigo."

El amor es dos veces loco
y pocas veces cuerdo,
por eso se me sale el corazón
por la boca cada vez
que te veo.

Se me sale el corazón por la boca
cuando quiero llamarte "mi amor"
y me trago las ganas, porque no me
atrevo. Y entonces, me tapo la boca
con ganas de darte un beso,
trago saliva y respiro parte
de tu aliento.

Se me sale el corazón por la boca
cuando escucho tus pasos mientras
el acordeonista sonríe tocando
su canción favorita y nadie saca a
bailar a nadie. Imagino, entonces,
que extiendes tu mano hacia la mía,
me agarras y me coges de la cintura
mientras bailamos en mitad
de la calle.

Se me sale el corazón por la boca
cuando escucho tu nombre.
También cuando te veo moverte
entre la oscuridad sin que me
reconozcas.

Tengo las marcas de tus
colmillos clavadas en la piel,
ausentes, porque nunca me has
mordido.

Tengo caricias intangibles
y los sentimientos restringidos.
He perdido los cinco sentidos
por no poder usarlos
contigo.

Se me sale el corazón por la boca
cuando te veo por la calle agarrado
de otra. También,
cuando te noto lejos de mis
órbitas.

Si quisieras mandar al cuerno al mundo,
yo me apuntaría para mandarlo contigo.
De un beso con lengua o un simple
rugido.

Pero tú nunca quieres.
Nunca conmigo.

En cambio a mí, por ti,
se me sigue saliendo el corazón por
la boca, cada vez que
te escribo.

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