Imagínalo.

"Nunca pude escaparme porque eras tú quien lo hacía.
Nunca volvías corriendo a mi lado... Nunca venías.
Al final, recuerdo haber ardido más en el infierno
de los recuerdos que me has dejado, que haber tocado
el cielo de tus labios con las yemas de mis manos.
                                                                                Al final..."

Imagínalo.

Imagina que él nunca se ha acercado porque nunca ha podido.
Ella siempre ha tenido un escolta porque su corazón está cerrado por derribo.
Imagina que él siempre salía del local en el que ellos estaban a una cierta distancia y la esperaba en la oscura calle por si ella aparecía tras su espalda. Mientras ella se pensaba que había ido a meterse en la cama de alguna chica. Y al final lo encontrara en la calle, esperándola a ella, en la madrugada.

Imagina que él todos los fines de semana la ha estado esperando.
Imagina que se fijó en su flequillo y en la frente que esconde éste, por la que todos preguntan si existe. En sus ojos color café que brillan tras los cristales de sus gafas violetas. Su gusto musical, que siempre saca a relucir en el local para hacerla a ella feliz. Para que aprenda a bailar de una vez por todas, con su música.

Imagina que él siempre ha querido enseñarle a bailar, pero nunca ha tenido ocasión de acercarse.
Imagina que ha pasado esta noche con una chica, pero porque se siente solo porque ella duerme en otra cama a parte y no se han dicho nada.
Imagina que ha soñado esta noche con ella, y al despertar no entiende qué hace metido en la cama de una chica que no es ella.

Imagina que esta noche va a hacer lo posible por verla. Y que siempre quiere que sean fiestas, porque como le dijo una vez, se verían en esa época.
Imagina que se pone camisa y pitillos por ella porque ha descubierto que eso le gusta.
O mejor, imagina que eso también le gusta a él y más, porque a ella también.

Imagina que se deja la barba por ella, para que el día en el que se rompa la barrera que hay entre los dos, ella pueda acariciarla con los dedos de sus manos de forma delicada. Y con una sonrisa en los labios.

Imagínalo.

Yo no puedo hacer nada para que ocurra. Por eso la vida es tan fea y tan oscura. Por eso algunos nos sentimos tan vacíos, tan piezas defectuosas, tan rotos.

Ojalá esta noche ocurra.
Al menos una mirada que alcance como un relámpago el corazón de ella y le haga darse cuenta de que es verdad todo lo imaginado.

Ella necesita ser feliz. Y yo necesito que lo sea.
Y ojalá él se haya fijado en ella.

Tan sólo,
imagínalo.

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