Sin plan de aterrizaje.

"Soy fiel espectadora a mis batallas cabeza-corazón. 
El último siempre se acaba llevando la peor parte, 
como yo aquel día que deseé con todas mis fuerzas
que desembarcaras en mi ombligo
con tu barco pirata y al final,
ni siquiera del naufragio 
me salvaste." 

Vi tu nombre escrito en las estrellas,
dejaste una letra en cada una de ellas,
fuiste mi astronauta sin saber quién eras.
Sabía que estaba predestinada a encontrarte.

Fue bonito hacerlo,
pero estás atravesándome por dentro
y mis murallas son de acero oxidable.

No todos estamos hechos para que
nos atraviesen, y mucho menos para
aguantar con una sonrisa el dolor.

Lo bonito puede llegar a doler
en todo el corazón. Y las despedidas,
nuestras despedidas, ya no rompen
tanto como una conversación
sin tu búsqueda previa que acaba
sin respuesta, sin adiós.

Si no aterrizamos hoy,
te juro que volaremos
por los aires.

Siempre juntos,
nunca nuestros,
siempre sin plan de aterrizaje.





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