Que Barcelona te cuide.
Cada vez que nos vemos
no tenemos ni principios
ni finales, tan sólo
historias intermedias.
Miradas sin
dobles sentidos, ni caricias
ni besos ni abrazos,
sólo palabras intercaladas
entre nuestras lenguas.
Te concedería mis manos,
de veras, y con ellas todas mis
palabras para que no se te hiciera
tan largo el trayecto hasta Barcelona.
Atraviesas mi mente siendo flecha
como si yo fuera el centro de la diana,
y te imagino de forma onírica,
dormido envuelto en tu pijama.
Llegarás cansado, bostezando
y aun así con una sonrisa preciosa
de oreja a oreja. Con el pelo
revuelto, la voz algo ronca
y tal vez una camisa de cuadros.
He visto tus brazos,
y si tus lunares fueran estrellas
tu cuerpo sería el Universo.
Ojalá pudiera con mi nave espacial
descubrir todos tus planetas,
crear en ti nuevas constelaciones y
ponerle nombre a todas tus galaxias.
Llegarás a Barcelona y
te quedarás embobado con Gaudí y sus obras
arquitectónicas, como yo contigo cuando
caminas tranquilo, sonríes, hablas
o tan siquiera pestañeas.
Tal vez te encuentres callejeando
de madrugada entre locales de luces fluorescentes
y canciones modernas, un amor de careta que
te desgaste los labios con sabor a cerveza,
con picardía, estrelles tus manos
en sus curvas y te tiemblen los cimientos.
Te vas y yo me quedo
intentando olvidarte mientras recuerdo
tus manos, tus lunares y la manera
en la que te humedeces los labios.
Con el tiempo sólo serás un recuerdo
amontonado junto a otros cuantos
en un gran cajón. Eso es lo que espero,
y sino vuelve y cámbialo.
no tenemos ni principios
ni finales, tan sólo
historias intermedias.
Miradas sin
dobles sentidos, ni caricias
ni besos ni abrazos,
sólo palabras intercaladas
entre nuestras lenguas.
Te concedería mis manos,
de veras, y con ellas todas mis
palabras para que no se te hiciera
tan largo el trayecto hasta Barcelona.
Atraviesas mi mente siendo flecha
como si yo fuera el centro de la diana,
y te imagino de forma onírica,
dormido envuelto en tu pijama.
Llegarás cansado, bostezando
y aun así con una sonrisa preciosa
de oreja a oreja. Con el pelo
revuelto, la voz algo ronca
y tal vez una camisa de cuadros.
He visto tus brazos,
y si tus lunares fueran estrellas
tu cuerpo sería el Universo.
Ojalá pudiera con mi nave espacial
descubrir todos tus planetas,
crear en ti nuevas constelaciones y
ponerle nombre a todas tus galaxias.
Llegarás a Barcelona y
te quedarás embobado con Gaudí y sus obras
arquitectónicas, como yo contigo cuando
caminas tranquilo, sonríes, hablas
o tan siquiera pestañeas.
Tal vez te encuentres callejeando
de madrugada entre locales de luces fluorescentes
y canciones modernas, un amor de careta que
te desgaste los labios con sabor a cerveza,
con picardía, estrelles tus manos
en sus curvas y te tiemblen los cimientos.
Te vas y yo me quedo
intentando olvidarte mientras recuerdo
tus manos, tus lunares y la manera
en la que te humedeces los labios.
Con el tiempo sólo serás un recuerdo
amontonado junto a otros cuantos
en un gran cajón. Eso es lo que espero,
y sino vuelve y cámbialo.
Espero que Barcelona te cuide como
no puedo cuidarte yo.
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