(Deberías estar aquí).

Deberías haber estado ahí porque si
hubieras estado en ese mismo momento,
en el que caí de espaldas con los ojos cerrados
esperando que aparecieras y me agarraras
con tus brazos, habría caído en picado
y no me habría roto en mil pedazos.

Porque habría caído en picado sobre ti,
por lo que tú habrías sido mi cama elástica,
mi pista de aterrizaje. Mi paracaídas,
mi protección.

Deberías haber estado ahí. Te dije que
mis manos siempre han sido precipicios
y que te podías asomar para ver su
profundidad. No te habrías caído,
te habría agarrado muy fuerte pero
no confiaste en mí.

Siempre tuviste la respuesta a todas
mis preguntas y aún así jamás las
respondiste, dejando que lo hiciera
de forma equivocada el Universo.

Ahora sé que fuimos vías porque siempre
hemos ido en la misma dirección,
que tarde o temprano bifurcarían
en sentidos opuestos.

Y supongo que a cada uno por su lado,
nos iría mejor. Pero no, bifurcamos
hacia lados opuestos pero yo
siempre miré hacia atrás en tu dirección.

No te marchaste sin causar daños,
lo arrasaste todo. Te volviste ciclón.
Fuiste la catástrofe natural más destructiva
de todos los tiempos y a la vez, las ayudas
de todos los gobiernos y las ONG's.

Curaste todas las heridas de guerra
que tú mismo me provocaste, y ahora puedo decir
que hay personas que hacen daño y curan a la vez.

Hay personas capaces de provocar todos
los incendios y después apagarlos. Y después de
despedir a los bomberos, de quedar todo devastado,
calcinado; los reforman de forma que parezca
que nada se haya quemado.

Creo que voy a empezar a arder por ti.
Necesito que me apagues.
(Deberías estar aquí.)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Llenados y vacíos.

A ver cómo te digo.