No entiendes.

No entiendes que tus pestañas me vuelven adicta
a las alturas, a querer realizar en tu cuerpo locuras
como por ejemplo alpinismo.

Ni que tus ojos son un palco desde el que quiero
ver tu mundo, aunque sea un abismo.

Ni que tu boca, aún sabiendo que es precipicio,
hace que quiera tirarme con una sonrisa, los ojos cerrados
conociéndome el camino.

Ni que tu piel es el mapa para mí desconocido,
que hace que me sienta un pirata
buscando el tesoro escondido.

Ni que tu cuerpo es locura como la de quien no se da por perdido,
ni que tus manos son dos cohetes que quiero que alcancen mi luna,
para bailar por mi cintura y romperme los vestidos.

Ni que tus palabras provocan en mí finales escritos
pero que no sé ni cómo empezar ni cómo llenar
esos huecos vacíos.

Ni que tus dientes me muerden
cada vez que te muerdes a ti mismo,
ni que tus labios son un poema que aún no se ha escrito.

Ni que tus nunca son siempre,
o sólo a veces, como ahora.

Ni que tu ciudad para mí destaca,
aunque no tenga de nada, sólo por tenerte en su ombligo.

Ni que tus aficiones o rutinas, aunque sean aburridas,
para mí son lo más divertido.

No entiendes... No entiendes nada...

Ni que cada segundo que pasa,
para mí es un "ojalá contigo".

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.