Imagina.

Imagina que me descubres durmiendo en tu espalda
como si fuera el colchón más cómodo del mundo.
Bailando sobre tus pies como si se tratara de la mejor
pista de baile y escribiéndote en la piel con mi lengua
todo lo que no te sé decir con la voz.

Imagina que el día que nos vimos, hubiésemos corrido
hasta juntar nuestros cuerpos como si fueran uno.
A chocar nuestros corazones como si fueran dos
acantilados cercanos contra los que rompe el mar.

Imagina que nos hubiésemos cogido de las manos
y el tiempo se hubiese parado. Que la distancia se hubiese
reducido a 0 y mis ojos hubieran sido tuyos.

Imagina que acampo en tu cuerpo y me quedo a vivir,
me alimento de tu boca, tu aire y tu querer.
Que me escondo entre tus brazos, me abrigo con tu calor
y me sonrojo con el rojo de tu corazón.

Imagina que te espero,
porque a pesar de ti aún lo hago todavía.

Imagina lo que hubiese pasado y pasaría.
Imagínalo como yo lo hago cada día,
aun sabiendo que debería decirte adiós.

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