Personas-puentes.

¿Sabes que hay personas que son puentes?

Ella era el puente y yo el poeta suicida enamorado.

Adoraba emborracharme en el puente
de sus caderas recitándole los versos
que le escribía cuando atardecía
y amanecer sobrio entre sus piernas.

Adoraba levantarme con resaca y remolonear entre
sus pechos porque su cuerpo es mi casa
y de su corazón soy dueño.

Y entre una guerra de cosquillas, sonrisas
y besos,
hacerle el amor hasta que me susurrase
sentirse infinita, como el Universo.

Y cuando encendiese el cigarrillo
de después del éxtasis, esconderme
en su ombligo para ver el mundo
desde su cuerpo, o desde sus vistas,
octava maravilla.

Hay personas que son puentes y
este amor no se cura ni con la mejor
terapia del mundo, en serio lo digo.


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