Miedos.

"Tal vez el amor consista en crear
un futuro de dos sobre una vida en blanco,
como si se estuviera escribiendo 
sobre un folio pero junto a alguien
de la mano."

Podría hablar tantas veces de ti
que todos se sabrían la historia de memoria,
como si se tratara de una película que
han visto mil veces.

Podrían describir los lugares
y los hechos perfectamente,
como si hubiesen estado allí,
presentes.

Podría hablar más veces al día de ti,
pero no quiero hacerte el protagonista
de esta historia a la que llamo
vivir.

Acabarás llegando,
como todo. Como el mar,
que nunca se va sin volver.

El mar siempre vuelve a la arena
que le vio nacer, reír, romperse;
calmado, agitado y valiente,
que le vio ser azul e infinito.

El mar siempre vuelve a tierra.
Siempre vuelve, y como el mar,
acabarás volviendo tú.

Tengo miedo de quererte y que me quieras.
Tengo miedo de quererte por los dos.
De llenar de amor hasta los topes
este agujero negro que tengo por corazón,
y se haga pequeño a la vez que se llena,
y desaparezca dejándome un vacío en el pecho
y tú no te des cuenta de esta gris situación.

Estoy llena de miedos. Tanto, que me considero
cobarde en vez de valiente. Pero principalmente,
tengo miedo al amor y lo admito de frente,
a gritos. Y lo digo entre susurros,
entre tú y yo.

Tal vez lleve tanto tiempo encerrada dentro
de mí que me he convertido en una espiral
de la que no puedo salir.

Y giro, giro, y vuelvo a girar,
y evito cualquier foco de luz que no
provenga de mí.

Sé que hay salida de la espiral, pero
requiere esfuerzo de otra luz que no me deje
caer en la oscuridad.
Y sólo hay oscuridad,
no hay nadie, no hay tiempo.
Sólo miedos y soledad.

Los miedos son los monstruos que
llevamos por dentro, que se disfrazan
de nosotros mismos y nos hacen
pequeños, diminutos,
incapaces de creer en el amor.

A veces tenemos miedo y cerramos los ojos
muy fuerte deseando que algo no ocurra o
no haya ocurrido, pero a veces la vida sucede
y ya no hay vuelta atrás.

Las catástrofes ocurren y por muy fuerte
que cierres los ojos o desees,
la vida no deshace los hechos.
Ni éstos ni sus consecuencias.

A veces necesitas sentarte y agarrarte
a algo fijo porque también existen
los terremotos internos.

A veces también es necesario sujetarse el corazón
y tomar aire fuerte, soltándolo después de forma suave.

Los miedos van primero y después
el dolor.

Hablamos de amor cuando
es más importante la muerte,
y hablamos de muerte cuando
no creemos en el amor.

La vida no deshace la muerte,
ni tampoco la curan los miedos.

¿Y el amor?
¿Qué me dices del amor?

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