No-ser.

"Los recuerdos son 
motivo para volver a olvidarte",
dicen en el Jardín del Edén.

Eras la luna de las noches de verano
y el sol de los inviernos largos.

Eras la sonrisa cómplice de los encuentros
y el roce de mis manos con otras manos.

Eras, y ahora eres sin mí.
Y aunque siempre lo has sido,
siempre me mentí.

Eras mi analgésico y mi antídoto.
Eres mi imposible,
mi fin.

Fuiste y estás en cualquier lugar
hasta cuando no me sucedes.

Fuiste y fuimos,
y ya no eres ni somos los mismos.

Fuiste el Universo más brillante
en las nebulosas de mis ojos
y en mis neuronas, sinapsis en forma
de abrazos cálidos
que se hicieron fríos.

Intenté hacerte ser poesía,
pero ya eras poesía antes de
mí.

Eras oscuridad,
y mi luz atravesaba todos tus recovecos
queriendo brillar dentro de ti.

Eras el sol que ardía 
incandescente sobre
mi piel. La luz al final del túnel,
mi gatillo y mi fusil.

Fuiste laberinto, mientras reptabas
a la vez siendo serpiente
para demostrarme que era metáfora
y no un simple analogismo.

Fuimos opuestos siendo dos gotas
enigmáticas. Claros, oscuros, y
dejamos de ser.

No fuimos y contigo
fue perfecto el no-ser.

Gracias por no-ser conmigo, no estar
y no suceder.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.