Porque no. (Primera fase)

He perdido tus labios y he perdido la vida.
Y además, también me he perdido yo,
porque ¿cómo se sale de alguien que está dentro de ti,
sin introducirte más yendo a un lugar a donde ni tú sabes dónde?

Porque también he perdido tus manos
y tus ojos, pero prefiero saber hacerme yo
el nudo en el estómago para así poder
ahorcarme el corazón.

Porque hay personas que sólo valen para ser fotografiadas
y otras para mirar desde el visor, igual que algunas sólo
valen para ser amadas y otras para amar
sin que el amor sea correspondido.

Porque yo siempre he comprado el billete de amor de ida y
nunca he encontrado a la venta el de vuelta.
Y porque tú no podías ser la excepción.

Porque no.
Porque la función se ha extendido más de lo necesario,
los actores se cansaron y fallaban en la interpretación.

Porque hoy me he sentido lluvia cuando los monstruos
me han empezado a morder, clavándome
sus colmillos afilados entre las costillas,
y me han causado menos dolor que tus idas y venidas.

Porque me resistía a romperme por no llorar en público,
pero tan sólo me hizo falta un ligero suspiro,
una leve brisa, un silencioso estallido de cristales
para comenzar mi fin. Y porque no te necesito.

Porque el fin de todos mis principios no me llevarán a ninguna parte.
Pero es mejor a ninguna que a ti.

Porque contigo no es que llevase una venda,
sino que no quería abrir los ojos;
porque me apetecía verte desde todos tus ángulos
pero tú no estabas aquí.

Y lo cierto es que debería haber sabido que
siempre me fije en el chico que me fije,
debo tener a mano pastillas para el corazón.
Pero eso lo he aprendido un poco tarde,
después de ti y de todos los escombros.

Porque aún me estoy volviendo a reconstruir
tras todos los daños ocasionados por kamikaze
y masoquista; buscándote sabiendo que cuanto
más me acercaba, más me perdía.

¿Y ahora qué quieres que haga si no paran de escocerme las heridas?
Ahora ya tan sólo puedo decir No,
y entrar en esta fase de negación en la que no te quiero ver, ni querer,
ni escuchar tu voz.

Porque no. Porque ya no puedo más.
Porque todo lo que sembré por ti, se pudrió.

Porque hoy estaba igual que el tiempo, gris y con ganas de llover.
Y ahora que llueve tan sólo recuerdo que me he roto antes
por mis ojos y su escozor.

Por eso sé que a ti te recordaré por cuánto me duela el corazón
cuando escuche tu nombre o nuestra canción.

Porque olvidarte no sé si podré siquiera intentarlo.
Porque finjo que estoy bien y que no existes,
finjo que no me duele nada de lo que sucede alrededor.
E incluso finjo que ya no me pierdo por tus dedos buscando tus caminos
y escondites pero mis huellas me delatan en tu barro.

Porque me muero y no es por vida,
es por el tiempo que he perdido sin estar contigo
y que sé que voy a seguir perdiendo porque nunca vamos a ser nosotros dos.

Y por eso no. Porque no.
Porque no quiero.

Porque ya no me quedan pulmones para más suspiros,
ni imaginación para más sueños,
ni morfina para tanto dolor.

Porque ya no me quedan fuerzas para resistir al derrumbe de muros
ni dientes para morderme los labios sin tragarme tu veneno.

Y porque no.
Porque hay ojos que se miran una vez y ya no más;
y la vida, que no tiene voz, no nos sabe gritar;
y a fin de cuentas, tampoco nos quiere ver.

Y porque no. Adiós. Apártate.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.