No saldrá bien.

Sueño que te cubro con terciopelo rojo el corazón
y lo acaricio mientras te duermes en mi ombligo como un bebé.
Que te soplo las pestañas una a una,
mientras pronuncias mi nombre y me llamas amor.

Que donde acaban tus labios, empiezan mis ojos,
y en mis pupilas se hace la luz.
Que donde acaban tus manos,
comienzan mis escombros y al fondo, mi corazón.

Que en el precipicio de tus dedos buscas el mar de mis yemas,
y al no encontrarlo sientes que ha bajado la marea.
Que en la punta de tu lengua, buscas el muro de mis dientes
y crees que aún te quedan dos pasos más al frente.

Que tus pestañeos son largos para verme,
porque sabes que soy la única que te va a querer siempre.

Que todo tu cuerpo está bloqueado con una clave secreta
a la que sólo mis huellas dactilares tienen respuesta.
Que tus lunares son los puntos seguidos con los que acabo mis frases
y mis palabras tus canciones.

Y de pronto algo cruje,
algo dentro de mi caparazón se parte.

Despierto ocupando tu lado de la cama, con los ojos llenos de legañas, aún dormida.
Tropiezo con todas las piedras de mi camino pero no con la tuya.

Nunca contigo.
Despierto sabiendo que tu vida es un tren
y que mi vagón ha desaparecido.

Simulo que llamo a la policía pero salta el contestador.
Creen que eres un personaje ficticio
y que estoy loca por llamar siempre de madrugada.

De golpe llega tu ausencia mientras por la ventana entra frío
y me estrujan el corazón unas manos con guantes de mimo,
convirtiendo mis sentimientos en un zumo
que después derraman sobre la cama.

Las manos me abrazan y una vez me tienen,
me agitan, me empujan, me revuelven
y juegan sin descanso conmigo.

Ríen y chillan en mis oídos,
acomodando en mis tímpanos un eco constante
que pronuncia tres palabras y deja claros tres puntos suspensivos.

No saldrá bien...
No saldrá bien...
No saldrá bien...

Y ahora parece que todo tiene sentido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el centro.

Por escuchar tu voz.

Las batallitas.