No me explico.

No quiero que esto
se me vaya de las manos,
no porque vayamos a soltarnos
o no quiera tenerte entre caricias,
sino que no quiero
no poder controlarlo.

No me explico,
y tampoco quiero que esto
se me vaya del pecho.
No porque lata bonito
y no quiera perderlo,
sino porque si se sale de mi pecho
es posible que después se vaya mi cabeza.

No me explico,
no sé si podrías llegar a entenderlo,
pero te prometo que algo me recorre
cuando pienso en que quiero que me cuides.

En que quiero que me abraces,
que me beses y me mimes.
Que quiero tu cariño
para guardarlo en papel de oro
y cubrirme de él por las noches.

No me explico,
y tampoco puedo controlarme,
aunque lo intento
y me llamo valiente

por tener un corazón de chiquilla
a la que le brillan fuegos artificiales
en las manos
para tocarte la cara
y besarte las mejillas muchas veces.

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