Llueve fino y no vuelves.
Llueve fino
y nos podríamos estar besando,
pero tú has desaparecido
y no vuelves.
Hace un rato estaba nerviosa por verte,
he estado toda la tarde pensando en ti,
queriendo verte,
pero has desaparecido y no vuelves.
Y una parte de mí se llama "tonta" a sí misma,
y la otra parte se preocupa por ti,
se calma y compadece.
He puesto el teléfono con sonido,
yo que siempre lo tengo ausente,
silencioso, ante llamadas o mensajes
por si me salvas.
Acto seguido he pensado
que sólo yo me salvo a mí misma
de todas las cosas del mundo
y que tú no deberías poder.
Pero podrías hacerlo en tan sólo cinco minutos
y por eso una parte de mí se susurra "tonta"
y se lleva una mano a la cara
porque se recuerda que no debe caer y cae...
Y quién no va a caerse por tus besos
si son resbaladizos,
por tu piel fina como esta lluvia,
y quién no va a querer latir fuerte
junto a tu pecho.
Quién,
y si de verdad me dices alguien,
no lo entendería.
Y sigo sin entenderlo.
Llueve fino y nos podríamos estar besando
lento, rápido, de todas las maneras
inventadas por nosotros a oscuras.
Pero se ve,
que he pensado tanto en ti esta tarde
que he hecho imposible
que yo pueda estar esta noche
rondando tu cabeza.
Haciendo que me recuerdes;
has desaparecido y no vuelves,
y yo he puesto el teléfono con sonido
y aún sigo mirando la pantalla
encontrando una respuesta o un mensaje,
por supuesto,
encabezado por tu nombre y apellido.
No aprenderé en la vida
a calmarme las ganas
que me nacen
cuando te acercas,
escribo mientras suena,
"mi cabeza da vueltas persiguiéndote..."
y nos podríamos estar besando,
pero tú has desaparecido
y no vuelves.
Hace un rato estaba nerviosa por verte,
he estado toda la tarde pensando en ti,
queriendo verte,
pero has desaparecido y no vuelves.
Y una parte de mí se llama "tonta" a sí misma,
y la otra parte se preocupa por ti,
se calma y compadece.
He puesto el teléfono con sonido,
yo que siempre lo tengo ausente,
silencioso, ante llamadas o mensajes
por si me salvas.
Acto seguido he pensado
que sólo yo me salvo a mí misma
de todas las cosas del mundo
y que tú no deberías poder.
Pero podrías hacerlo en tan sólo cinco minutos
y por eso una parte de mí se susurra "tonta"
y se lleva una mano a la cara
porque se recuerda que no debe caer y cae...
Y quién no va a caerse por tus besos
si son resbaladizos,
por tu piel fina como esta lluvia,
y quién no va a querer latir fuerte
junto a tu pecho.
Quién,
y si de verdad me dices alguien,
no lo entendería.
Y sigo sin entenderlo.
Llueve fino y nos podríamos estar besando
lento, rápido, de todas las maneras
inventadas por nosotros a oscuras.
Pero se ve,
que he pensado tanto en ti esta tarde
que he hecho imposible
que yo pueda estar esta noche
rondando tu cabeza.
Haciendo que me recuerdes;
has desaparecido y no vuelves,
y yo he puesto el teléfono con sonido
y aún sigo mirando la pantalla
encontrando una respuesta o un mensaje,
por supuesto,
encabezado por tu nombre y apellido.
No aprenderé en la vida
a calmarme las ganas
que me nacen
cuando te acercas,
escribo mientras suena,
"mi cabeza da vueltas persiguiéndote..."
Comentarios
Publicar un comentario